Junto con las bendiciones pedí las instrucciones
“Y me dijo: He aquí que tú concebirás, y darás a luz un hijo (...). Entonces oró Manoa a Jehová, y dijo: Ah, Señor mío, yo te ruego que aquel varón de Dios que enviaste, vuelva ahora a venir a nosotros, y nos enseñe lo que hayamos de hacer con el niño que ha de nacer” Jueces 13.7-8
Frente a una bendición, reclamá la instrucción. Necesitamos, junto con las bendiciones, recibir las instrucciones.
Esto fue lo que hizo Manoa cuando se enteró de la llegada de su hijo, no se emocionó, no salió a contarlo a todos, pero sí pidió las instrucciones a Dios.
Manoa significa ‘descanso o quietud’. Frente a las bendiciones actuá de forma reflexiva, es decir, descansando y estando tranquilo en el Señor.
Manoa no se preocupó por cuándo se cumpliría la Palabra, pero sí se dedicó a prepararse para cuando llegara su cumplimiento.
Que la Palabra se cumpla depende de Dios, prepararnos para el cumplimiento de ella depende de nosotros.
- Dios te va a dar un ministerio, no te preocupes cuándo, ocupate en prepararte.
- Dios te va a dar un negocio, no te preocupes cuándo, ocupate en prepararte.
- Dios te va a dar una familia, no te preocupes cuándo, ocupate en prepararte.
- Dios te va a dar una nueva posición, no te preocupes cuándo, ocupate en prepararte.
Muchas de las bendiciones se echan a perder por falta de preparación a la hora de su llegada.
No te olvides que una forma de creer en la Palabra recibida es preparándose adecuadamente para cuando llegue el cumplimiento de la misma.
Recordá también, que una forma de actuar con sabiduría es pidiendo las instrucciones para cada una de las bendiciones que ya hemos recibido.
Yo bendigo tu vida para que, junto con las bendiciones, pidas las instrucciones, para que todo lo que Dios te dé pueda ser de bendición para vos y para los que te rodean.
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