Pagina principale  |  Contatto  

Indirizzo e-mail

Password

Registrati ora!

Hai dimenticato la password?

Fraternalmente unidos
Felice compleanno Fruhling !
 
Novità
  Partecipa ora
  Bacheche di messaggi 
  Galleria di immagini 
 File e documenti 
 Sondaggi e test 
  Lista dei Partecipanti
 General 
 Normas de convivencia en el grupo-- 
 Lee la Biblia aquí! 
 Biblia en Power Point 
 Conoce tu Biblia 
 La Biblia en ocho versiones 
 Recursos Teológicos 
 Estudios biblicos 
 Reflexiones- Hernán 
 Selección de pasajes Bíblicos- por Hernán 
 Biografías de hombres de la Reforma protestante- Por Hernán 
 Arqueología Bíblica (por Ethel) 
 Reflexiones 
 Jaime Batista -Reflexiones 
 Tiempo devocional-Hector Spaccarotella 
 Mensajes de ánimo--Por Migdalia 
 Devocionales 
 Escritos de Patry 
 Escritos de Araceli 
 Mujer y familia- 
 Poemas y poesias 
 Música cristiana para disfrutar 
 Creaciones de Sra Sara 
 Fondos Araceli 
 Firmas hechas-Busca la tuya 
 Pide Firmas 
 Regala Gifs 
 Libros cristianos (por Ethel) 
 Panel de PPT 
 Amigos unidos-Macbelu 
 Entregas de Caroly 
 Regala Fondos 
 Texturas p/ Fondos 
 Separadores y barritas 
 Retira tu firma 
 Tutos 
 Tareas HTML 
 COMUNIDADES AMIGAS 
 
 
  Strumenti
 
Mujer y familia: " CUANDO LOS HIJOS CRECEN."
Scegli un’altra bacheca
Argomento precedente  Argomento successivo
Rispondi  Messaggio 1 di 4 di questo argomento 
Da: amigable pero  (Messaggio originale) Inviato: 31/03/2014 14:33


Dejad que nuestros hijos crezcan, y dejad que unos crezcan más que los otros, si llevan en sí mismos el hacerlo (Margaret Thatcher)
 

CUANDO LOS HIJOS CRECEN

 

Hay un período cuando los padres quedan huérfanos de sus hijos.
Es que los niños crecen independientes de nosotros,
como árboles murmurantes y pájaros imprudentes. 

Crecen sin pedir permiso a la vida.
Crecen con una estridencia alegre y, a veces, con alardeada arrogancia.
 

Pero no crecen todos los días, de igual manera, crecen de repente.

Un día se sientan cerca de ti en la terraza y te dicen una frase con tal naturalidadque sientes que no puedes más ponerle pañales.

¿Dónde quedaron la placita de jugar en la arena, las fiestitas de cumpleañoscon payasos y los juguetes preferidos?...

El niño crece en un ritual de obediencia orgánica y desobediencia civil.

Ahora estás allí, en la puerta de la discoteca, esperando que él o ella no sólo crezca,  sino aparezca.

Allí están muchos padres al volante, esperando
que salgan zumbando sobre patines y cabellos largos y sueltos.

Allá están nuestros hijos, entre hamburguesas y gaseosas en las esquinas, con el uniforme de su generación, e incómodas mochilas de moda en los hombros.

Allí estamos, con los cabellos casi emblanquecidos.

Esos son los hijos que conseguimos generar y amar a pesar de los golpes,
de los vientos, de las cosechas, de las noticias,
y observando y aprendiendo con nuestros errores y aciertos.
Principalmente con los errores que esperamos que no repitan.

Hay un periodo en que los padres van quedando un
poco huerfanos de los propios hijos.

Ya no los buscaremos más de las puertas de las discotecas y de las fiestas.

Pasó el tiempo del piano, el ballet, el inglés, natacion y el karate.

Salieron del asiento de atrás y pasaron al volante de sus propias vidas.

Hay un período cuando los padres quedan huérfanos de sus hijos.
Es que los niños crecen independientes de nosotros,
como árboles murmurantes y pájaros imprudentes.

Crecen sin pedir permiso a la vida.
Crecen con una estridencia alegre y, a veces, con alardeada arrogancia.

Pero no crecen todos los días, de igual manera, crecen de repente.

Un día se sientan cerca de ti en la terraza y te dicen una frase con tal naturalidad que sientes que no puedes más ponerle pañales.

¿Dónde quedaron la placita de jugar en la arena, las fiestitas de cumpleañoscon payasos y los juguetes preferidos?.

El niño crece en un ritual de obediencia orgánica y desobediencia civil.

Ahora estás allí, en la puerta de la discoteca, esperando que él o ella no sólo crezca,  sino aparezca.

Allí están muchos padres al volante, esperando
que salgan zumbando sobre patines y cabellos largos y sueltos.

Allá estan nuestros hijos, entre hamburguesas y gaseosas en las esquinas,
con el uniforme de su generación, e incómodas mochilas de moda en los hombros.

Allí estamos, con los cabellos casi emblanquecidos.

Esos son los hijos que conseguimos generar y amar a pesar de los golpes,
de los vientos, de las cosechas, de las noticias, y observando y aprendiendo con nuestros errores y aciertos.

Principalmente con los errores que esperamos que no repitan.

Hay un periodo en que los padres van quedando un poco huérfanos de los propios hijos.

Ya no los buscaremos más de las puertas de las discotecas y de las fiestas.

Pasó el tiempo del piano, el ballet, el inglés, natación y el karate.

Salieron del asiento de atrás y pasaron al volante de sus propias vidas.

Deberíamos haber ido más junto a su cama al anochecer, para oir su alma espirando conversaciones y confidencias entre las sábanas de la infancia.

Y a los adolescentes cubrecamas de aquellas piezas llenas de calcomanías,posters, agendas coloridas y discos ensordecedores.

No los llevamos suficientemente al cine, a los juegos, no les dimos suficientes hamburguesas y bebidas,no les compramos todos los helados y ropas que nos hubiera gustado comprarles.

Ellos crecieron, sin que agotásemos con ellos todo nuestro afecto.

Al principio fueron al campo o fueron a la playa entre discusiones galletitas,congestionamiento, navidades, pascuas, piscinas y amigos..

Sí, había peleas dentro del auto, la pelea por la ventana, los pedidos
de chicles y reclamos sin fin.

Después llegó el tiempo en que viajar con los padres comenzó a ser un esfuerzo, un sufrimiento, pues era imposible dejar el grupo de amigos y primeros amoríos.

Los padres quedaban exiliados de los hijos.
"Tenían la soledad que siempre desearon", pero de repente, morían de nostalgia de aquellas "pestes".

Llega el momento en que sólo nos resta quedar mirando desde lejos, torciendo y rezando mucho (en ese tiempo, si nos habíamos olvidado, recordamos cómo rezar)
para que escojan bien en la búsqueda de la felicidad, y que la
conquisten del modo más completo posible.

El secreto es esperar. En cualquier momento nos pueden dar nietos.
El nieto es la hora del cariño ocioso y picardía no ejercida en los propios hijos, y que no puede morir con nosotros.

Por eso, los abuelos son tan desmesurados y distribuyen tan incontrolable cariño.

Los nietos son la última oportunidad de reeditar nuestro afecto.

Así somos, sólo aprendemos a ser hijos después que somos padres,
sólo aprendemos a ser padres después que somos abuelos,
ir su alma respirando conversaciones y confidencias entre las sábanas de la infancia.

Y a los adolescentes cubrecamas de aquellas piezas llenas de calcomanías, Posters, agendas coloridas y discos ensordecedores.

 

No los llevamos suficientemente al cine, a los juegos, no les dimos suficientes hamburguesas y bebidas, no les compramos todos los helados y ropas que nos hubiera gustado comprarles.

Ellos crecieron, sin que agotásemos con ellos todo nuestro afecto.

Al principio fueron al campo o fueron a la playa entre discusiones, galletitas,

Congestionamiento, navidades, pascuas, piscinas y amigos..

Sí, había peleas dentro del auto, la pelea por la ventana, los pedidos de chicles y reclamos sin fin.

Después llegó el tiempo en que viajar con los padres comenzó a ser un esfuerzo, un sufrimiento, pues era imposible dejar el grupo de amigos y primeros amoríos.

Los padres quedaban exiliados de los hijos.
"Tenían la soledad que siempre desearon", pero de repente, morían de nostalgia de aquellas "pestes".

Llega el momento en que sólo nos resta quedar mirando desde lejos, torciendo y rezando mucho (en ese tiempo, si nos habíamos olvidado, recordamos cómo rezar)
para que escojan bien en la búsqueda de la felicidad, y que la conquisten del modo más completo posible.

El secreto es esperar. En cualquier momento nos pueden dar nietos.
El nieto es la hora del cariño ocioso y picardía no ejercida en los propios hijos, y que no puede morir con nosotros.

Por eso, los abuelos son tan desmesurados y distribuyen tan incontrolable cariño.

Los nietos son la última oportunidad de reeditar nuestro afecto.

Así somos, sólo aprendemos a ser hijos después que somos padres, sólo aprendemos a ser padres después que somos abuelos.

 

 



Primo  Precedente  2 a 4 di 4  Successivo   Ultimo  
Rispondi  Messaggio 2 di 4 di questo argomento 
Da: Dios es mi paz Inviato: 01/04/2014 17:09


Gracias Hector por tu mensaje, 
como andan por allá? Araceli

Rispondi  Messaggio 3 di 4 di questo argomento 
Da: Dios es mi paz Inviato: 01/04/2014 17:11


Gracias  por tu mensaje, 
bendiciones para ti! Araceli

Rispondi  Messaggio 4 di 4 di questo argomento 
Da: Dios es mi paz Inviato: 01/04/2014 17:12


Gracias Adriana, por tu mensaje, 
 Araceli


Primo  Precedente  2 a 4 de 4  Successivo   Ultimo  
Argomento precedente  Argomento successivo
 
©2025 - Gabitos - Tutti i diritti riservati