![¿Es posible cambiar a los demás?](http://www.yocreo.com/noticiasimg/201110061411076e9e42.jpg)
CAMBIAR AL OTRO…
Hace unos meses vino a la consulta una señora, que me pedía ayuda porque no sabía cómo conseguir que su marido cambiara. Mi pregunta fue “¿Pero su marido quiere cambiar? ¿Le ha pedido ayuda a usted, para cambiar?” Me explicaba que es muy negativo, que siempre se está quejando, que el mal humor es su estado más habitual y que le cuesta mucho sonreír. Ella, por el contrario, es una persona que siempre lee artículos sobre eso.Es cierto que hay gente que funciona así. Generalmente, cuando una persona es tan negativa y encerrada en su visión oscura de la vida, acostumbra a ser porque en la infancia ha sufrido bastante. Aprenden de pequeños que la vida es sufrimiento, y se van haciendo mayores con ésta creencia. Aunque vayan cosechando éxitos a nivel personal o profesional, es como si tuvieran un límite que les impide disfrutar de lleno de las cosas. Cuando se sueltan y se dejan llevar, quizás sí, pero a la que se dan cuenta de que están disfrutando, ya se les activa algo en su mente que les hace cambiar.
Éste tipo de personas, por lo general, no quieren cambiar. Y no quieren, porqué ellos creen que su manera de ver el mundo es la única. Están tan convencidos de que las cosas son como ellos las ven, que no comprenden por qué tendrían que verlas de otro modo.
La verdad es que es complicado estar al lado de una persona que funciona así. Lo más recomendable es que cuando uno empieza a desarrollarse a nivel personal, se rodee de personas que le llenen, que le sumen, que aporten valor a su vida. Pero cuando ésta persona negativa que te quita la energía es tu pareja. ¿Qué hacemos?
“CORTAR O ACEPTAR”.
Y aunque no es fácil, es muy cierto. Si nos centramos en quejarnos por cómo es el otro y en intentar cambiarlo, vamos a agotar nuestra energía y llenar nuestros días de frustración. Tenemos dos opciones:
Poner fin a la relación, si decidimos que no queremos aceptar aquello en nuestra vida. Puede que hasta ése momento nos haya llenado o servido, pero después del crecimiento que hemos hecho, puede que no queramos seguir de eso y que no va a cambiar.
Y es que es así. Cada persona elige como quiere comportarse en cada momento y con qué actitud afronta su vida. Algunos lo hacemos de manera consciente y otros no se dan cuenta y se dejan llevar por lo que están acostumbrados. Éstos últimos, reaccionan a los hechos de manera automática, es como si tuvieran un programa en su cerebro que hace que se les active siempre esa manera de reaccionar específica. Pero lo dicho, si uno no quiere cambiar (o lo que es lo mismo, no es consciente de que si cambia vivirá de una manera mucho más intensa, profunda y feliz), no cambiará.
“La última de las libertades humanas es escoger nuestra actitud delante de cualquier circunstancia”.
|