De pintar sonrisas en cada una de las personas que quiero.
De pintar recuerdos en esas personas que se han alejado de mi vida.
De pintar besos en unos labios ajenos.
De pintar caricias sobre un lienzo de piel.
De pintar miradas sobre el cielo, la ciudad, las calles, las personas.
De pintar colores donde solo hay gris.
Y si, también de pintar en un lienzo de tela con esa técnica rara que me inventé.
Pero no tengo ni lienzo, ni colores, ni dinero para comprarlos. Así que tome una hoja de papel, un plumón rojo y dibuje un corazón grande grande para recordar que mientras mi corazón siga latiendo podré pintar todo eso que quiero. Porque todo es cuestión de tiempo y de buscar la manera de hacer lo que quiero y lo que me gusta.