Siempre me llamó la atención el pasaje el libro bíblico de Ezequiel sobre las aguas que traen consigo montones de cosas... Fruto, árboles deliciosos, sanidad... Pero hace un tiempo que este tema toca mi corazón profundamente por muchas razones.
Evidentemente, todo el tema es simbólico y no pretendo hacer ningún tipo de exégesis, simplemente compartir con todos vosotros todo lo que él Señor habló a mi alma y la bendición que significa para mí.
Dios lleva a Su profeta a mirar unas aguas que comienzan a salir por debajo del umbral de la casa; algo un tanto inusual, no es cierto?? …. pero luego le invita a dejar que las aguas le vayan subiendo. Primero suben hasta sus tobillos, luego llegan hasta sus rodillas, continúan creciendo hasta los lomos del hombre de Dios y terminan envolviéndolo por completo.
Para comenzar esto me lleva a pensar en “Las aguas de mi Dios”. “Las aguas de Su Espíritu Santo”… “Las profundidades de mi Señor”…
Vivimos tiempos cristianos en los que se puede ver de todo, personas creyentes que pasan un poquito de todo, son un tanto “light”; otros se meten en doctrinas extrañas. Unos cuantos están bastante equivocados y casi o sin casi rayan en la herejía y podría seguir escribiendo cosas que no me gusta escribir, no es mi estilo. Pero sí me preocupa; aunque lo que en realidad quiero es ver lo que el Señor tiene que tratar conmigo.
Esas “preciosas aguas” siguen estando ahí y el Señor me dice: “lánzate!!!!!!”... “deja que suban y te cubran”… ¿lo hago?… Es que lo deseo con toda mi alma, son tan tibias y suaves que simplemente tengo que vivir cerca, muy cerca de mi Señor, esconderme en Su secreto, pasar tiempo a solas con Él dejando que Su Presencia me inunde cada vez más …sí!!! Sí!!!... Sé que tengo que pagar un precio, el permitir que me mojen!!! Y eso queridos tiene un alto precio, muy alto!! Pero si tan solamente me dejo, puedo ver cómo van subiendo de más a más hasta llegar a cubrirme por completo y ahí ocurre el milagro. Cualquier cosa que en mi vida tenga que ser sanada, recibirá una sanidad absoluta. Esas preciosas aguas me cubrirán, me refrescarán, me renovarán, me hidratarán hasta que fluyan por todos mis poros la bendición y la renovación que el Espíritu Santo de mi Dios ha de traer sobre mí.
Luego, el personaje bíblico habla de cosas hermosas como árboles en las orillas, numerosos peces, otros árboles frutales… Todo ello para “sanidad de las naciones”.
Qué clase de vida cristiana quiero vivir yo?? Una facilita sin meterme de lleno en esas benditas aguas??... Una vida cristiana de “engordar como una oveja”??... De conocimiento bíblico estéril??... De no comprometerme para nada??... De ver una necesidad y no “mojarme”?? En absoluto!!!
Quiero dejar que esas preciosas aguas me vayan cubriendo de más a más, me inunden por completo, me traigan sanidad a todos los niveles. Sé muy bien que si no lo hago así, jamás podré ser de bendición ni de nada que lleve implícito todo el poder de mi Dios fluyendo a través de mi y... lo único que pretendo en mi vida es ser un canal de Su poder y de Su bendición.
Qué piensas hacer tú??... Eres libre de hacer lo que te guste. En cuanto a mí… Me lanzooooooo!!!... Y quiero salir con una llenura nueva que pueda dejar una estela del Dios al que sirvo por donde quiera que vaya.