Cuando Saulo recibió nuevamente la vista y su vida cambió, dice la Biblia: «En seguida predicaba a Cristo en las sinagogas, diciendo que éste era el Hijo de Dios» (Hechos 9:20). El toque que Saulo de Tarso había recibido esa tarde rumbo a Damasco lo movilizó inmediatamente hacia su nuevo futuro. Él no se quedó esperando para ver qué era lo que iba a suceder en su vida o ver cuándo comenzaba su nueva profesión, sino que inmediatamente se levantó y comenzó a predicar. Hoy en día hay quienes tenemos un encuentro con Jesús, recibimos una nueva perspectiva para la vida, pero en lugar de actuar inmediatamente, como lo hizo Saulo, nos quedamos quietos, complacientes y calladitos. Algunos, por indecisión, otros por temor y aún otros por ignorancia. Cual sea el caso, mi consejo es que tomemos el ejemplo de este extraordinario hombre y actuemos lo más pronto posible.
El primer impulso de Saulo de Tarso fue salir a conquistar su futuro y expresar lo que sentía en su interior. «Pero Saulo mucho más se esforzaba, y confundía a los judíos que moraban en Damasco, demostrando que Jesús era el Cristo» (Hechos 9:22).
Me sorprende leer luego que la historia relata que algunas personas querían matar a Saulo de Tarso, pero él: «hablaba denodadamente en el nombre del Señor, y disputaba con los griegos; pero éstos procuraban matarle» (Hechos 9:29). Permítame decirle algo por experiencia propia: no importa qué quiera ser usted, cuán grande o pequeña sea su visión, puedo garantizarle que en el momento en que usted comience a actuar siempre habrá personas que querrán destruirlo. Jesucristo mismo nos lo garantizó. Él dijo: «Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo» (Juan 16:33). Generalmente, los que quieren matarnos son aquellos que no están haciendo nada, por eso tienen tanto tiempo para organizar la muerte del que está en acción. Pero no se preocupe por los que quieren matarlo, siga usted caminando. Eso es lo que me impresiona al leer la historia de Saulo de Tarso, él siguió adelante, siguió caminando.
El éxito verdadero se encuentra en la persistencia, la perseverancia. Ponga un pie delante del otro y no deje que nadie lo detenga. Saulo de Tarso, luego de Pablo, el apóstol, fue uno de los hombres más extraordinarios de la historia. De un terrible pasado pasó a una gran prominencia. De la misma forma, Dios quiere sacarnos a usted y a mí de nuestro terrible pasado y llevarnos a un lugar muy alto. Si aceptamos el desafío, podremos escribir la nueva historia de nuestra vida, de nuestra familia y de nuestro país. Además, podríamos ayudar a otros a convertirse en campeones y a llegar a triunfar.
Tomado de Dile Adios A Tus Temores, ©2008 por Marcos Witt.