Correo electrónico:

Contraseña:

Registrarse ahora!

¿Has olvidado tu contraseña?

Fraternalmente unidos
 
Novedades
  Únete ahora
  Panel de mensajes 
  Galería de imágenes 
 Archivos y documentos 
 Encuestas y Test 
  Lista de Participantes
 General 
 Normas de convivencia en el grupo-- 
 Lee la Biblia aquí! 
 Biblia en Power Point 
 Conoce tu Biblia 
 La Biblia en ocho versiones 
 Recursos Teológicos 
 Estudios biblicos 
 Reflexiones- Hernán 
 Selección de pasajes Bíblicos- por Hernán 
 Biografías de hombres de la Reforma protestante- Por Hernán 
 Arqueología Bíblica (por Ethel) 
 Reflexiones 
 Jaime Batista -Reflexiones 
 Tiempo devocional-Hector Spaccarotella 
 Mensajes de ánimo--Por Migdalia 
 Devocionales 
 Escritos de Patry 
 Escritos de Araceli 
 Mujer y familia- 
 Poemas y poesias 
 Música cristiana para disfrutar 
 Creaciones de Sra Sara 
 Fondos Araceli 
 Firmas hechas-Busca la tuya 
 Pide Firmas 
 Regala Gifs 
 Libros cristianos (por Ethel) 
 Panel de PPT 
 Amigos unidos-Macbelu 
 Entregas de Caroly 
 Regala Fondos 
 Texturas p/ Fondos 
 Separadores y barritas 
 Retira tu firma 
 Tutos 
 Tareas HTML 
 COMUNIDADES AMIGAS 
 
 
  Herramientas
 
General: LA GRAN RELIGIÓN DE NUESTRO TIEMPO
Elegir otro panel de mensajes
Tema anterior  Tema siguiente
Respuesta  Mensaje 1 de 2 en el tema 
De: hectorspaccarotella  (Mensaje original) Enviado: 21/05/2014 18:03
La gran religión de nuestro tiempo
Por Carlos Mraida

Son pocos los cristianos que tienen una aproximación crítica hacia la cultura consumista en la que estamos inmersos. Por el contrario, consumir es visto como parte de la bendición de Dios sobre la vida de una persona. Son escasos los que disciernen las necesidades verdaderas de las artificiales, y cuando la gratificación no es inmediata, la frustración, la amargura, el enfriamiento espiritual, la incredulidad y la duda aparecen en la vida de muchos creyentes. Peor aún, la fuente de valía personal y afirmación deja de ser su identidad en Cristo para convertirse en el reconocimiento social que es producto del acceso a esa serie de productos que la publicidad le vende como indispensables para alcanzar su felicidad, tener prestigio y lograr la estima de los demás. Y cuando esto ocurre, entonces se cae en la idolatría, que es mucho más que simplemente arrodillarse ante una estatua, ya que Pablo le llama idolatría precisamente a la avaricia (Efesios 5.5).

El consumismo es la gran religión de nuestro tiempo, provocando ese carácter hipnotizante y obviamente esa fascinación narcotizante. Es la forma más sutil de manipulación. Al igual que «lo santo», produce una atracción irresistible, pero causa una profunda frustración. Y cuando la religiosidad afirma esa mentira promoviendo un evangelio donde la bendición se identifica con la posibilidad de consumir lo que uno quiera, la frustración se convierte en raíz de amargura y desdicha.

El filósofo y sociólogo francés Giles Lipovetsky, en su obra La felicidad paradójica, presenta precisamente el engaño del consumismo. La insatisfacción es directamente proporcional a la oferta consumista de una sociedad. Por otra parte, Sergio Sinay, en su libro El apagón moral, asemeja el proceso a través del cual la sociedad de consumo por medio de la publicidad despersonaliza a la gente convirtiéndola en consumidores compulsivos al otro proceso por el cual los pollos son engordados. Según Sinay, las personas víctimas de consumismo

se asimilan a los pollos, a los cuales, en los criaderos, no se les apaga la luz durante las veinticuatro horas del día, mientras se les sigue incitando a comer, de manera que alcancen lo más pronto posible el peso que los llevará al matadero y de ahí a las góndolas de los supermercados, carnicerías y pollerías. Con una diferencia: esos pobres pollos (víctimas de la sofisticada capacidad humana de someter al martirio a todo ser viviente) no tienen conciencia ni voluntad. De lo contrario, al saber la finalidad de aquello a que se los induce, acaso optarían por la huelga de hambre. Pero los pollos humanos que abarrotan los centros de compras [...] saben perfectamente lo que hacen, cuentan con las herramientas para saberlo e incluso para no hacerlo.17

Los cristianos debemos experimentar una conversión continua. O una conversión en la que los cambios sean permanentes, por medio de los cuales nos vamos liberando precisamente de estas trampas y cepos. El gran teólogo alemán Johann Baptist Metz afirmaba que debemos liberarnos de nuestro consumismo, en el que al final nos consumimos nosotros mismos.

Tomado del libro Libre de la Manipulación, ©2014 por Carlos Mraida (ISBN:978-0-8297-6316-4)



Primer  Anterior  2 a 2 de 2  Siguiente   Último  
Respuesta  Mensaje 2 de 2 en el tema 
De: Lolis Navarrete Enviado: 22/05/2014 03:24


 
©2024 - Gabitos - Todos los derechos reservados