REFLEXIÓN VIERNES 13 DE JUNIO DE 2014.
“Y dirás a este pueblo: Así dice el SEÑOR: He aquí, pongo delante de vosotros el camino de la vida y el camino de la muerte.” Jeremías 21:8.
Cada día tenemos esa posibilidad de tomar decisiones desde que abrimos nuestros ojos y podemos contemplar la luz del nuevo día. Entre otras cosas, puedes decidir en levantarte ó quedarte en tu lecho el tiempo que quieras. Claro está, Tenemos responsabilidades con nuestro trabajo, con el estudio etc., y, lógicamente la opción es ponernos de pie, para salir a cumplir nuestras actividades.
Tienes la opción de escoger el vestido que vas a lucir durante el día; puedes elegir los alimentos que quieres consumir; puedes escoger el medio de transporte que utilizarás para desplazarte al sitio a donde quieres ó debes ir; También puedes escoger la soledad ó la compañía, etc.
Dice la Escritura: “Hoy te doy a elegir entre la vida y la muerte, entre el bien y el mal.” Deuteronomio 30:15. En otras palabras, Dios no nos creó para que fuéramos como robots. Él nos dio la libertad de tomar todo tipo de decisiones, especialmente, decisiones morales. Dios nos hizo a su imagen, así que no somos como animalitos que sólo andamos por instintos. Somos criaturas especiales en su mano, con pleno conocimiento de lo bueno y lo malo.
Así dice el SEÑOR: He aquí, pongo delante de vosotros el camino de la vida y el camino de la muerte.” Jeremías 21:8. Nos afirma la palabra de Dios: Te doy la capacidad de tomar decisiones morales porque no quiero forzarte a que me ames. Quiero que lo elijas. Puedes amarme o no amarme. Puedes creer en mi Hijo Jesucristo o puedes rechazarlo. Puedes seguir mi propósito para tu vida, ó puedes crear tu propio propósito para tu vida. Yo te he dado a elegir, pero debes estar dispuesto a vivir con las consecuencias de tus decisiones.
¿Qué sientes al saber que Dios te confió la responsabilidad de tomar tus propias decisiones? Que seas libre para hacer lo que quieras en la vida, no significa que eres libre de las consecuencias. Las consecuencias son parte de tu decisión. El aceptar con todo tu corazón a Jesucristo como tu SEÑOR y como tu único y Suficiente SALVADOR, es tu mejor Decisión. Las consecuencias de esa decisión alegrarán tu vida y llenarán de gozo tu corazón.
ORACIÓN
“Soberano Dios y Padre Celestial: Escogí el camino de la verdad, he puesto tus juicios delante de mí. Te alabaré con rectitud de corazón, hazme entender el camino de tus mandamientos, para que medite en tus maravillas. Gracias porque tus caminos son vida y son justicia y en ellos no hay muerte. Tú me has declarado lo que es bueno; demandas de mípracticar justicia, amar la misericordia y andar humildemente delante de ti. Susténtame según tu palabra, en el poderoso nombre de mi Señor Jesucristo.” Amén y Amén.
-FELIZ FIN DE SEMANA-
ARBEY SERNA ORTIZ