«La vida le cambió radicalmente de una semana a otra.... Llegó en agosto de 2010 a Valencia, España, para jugar con la Sub-20 de Ecuador el torneo amistoso de L’Alcudia, y terminó siendo contratado por el equipo belga KAA Gent.... Un cazatalento lo observó en aquel torneo, en el cual levantó la copa de campeón con la Tri juvenil.... El camino hacia el éxito para este corpulento delantero de 1,78 metros y 79 kilos se construyó más rápido de lo que él... esperaba....» Así reseñó el Diario El Comercio al jugador de fútbol ecuatoriano Edson Montaño el día en que viajaba desde Guayaquil como integrante de la Selección Sub-20 de su país para competir en el Campeonato Sudamericano que se jugó en Perú entre el 16 de enero y el 12 de febrero de 2011.1
Y le fue de lo mejor en ese torneo, en el que también sobresalió Neymar del Brasil. Según la revista española Don Balón, «el ecuatoriano del Gent belga mostró un poderío físico difícil de equiparar. Con su llegada, su potente cabeceo y su fuerza consiguió importantes tantos que llevaron a Ecuador a clasificarse para el Mundial Sub-20.» Apodado «La Bestia», Montaño, de diecinueve años, se destacó como una de las figuras, marcando cuatro goles y quedando entre los cinco mejores jugadores del Juventud de América.2 Y sin embargo no son esas imágenes las que quedaron grabadas en la mente de millones de personas en todo el mundo, sino una sola imagen en video que se difundió como un virus infeccioso por conducto del sitio YouTube.com.3
Es que Edson Montaño, en el partido contra Chile, fue víctima de lo que el Diario As calificó como una «autoagresión asistida» del jugador Bryan Carrasco. El chileno, mientras lo marcaba como su rival en el campo de juego, le tomó la mano y se propinó un golpe, dejándose caer al suelo y reclamando la acción. Hizo la maniobra con tal maestría que el árbitro no se dio cuenta e hizo cobrar la presunta falta. De ahí que Carrasco se adjudicara el Óscar a la mejor actuación en la categoría piscinazo de ese año en el curioso concurso realizado por la agencia internacional de noticias Associated Press.4
¡Qué manera de cobrar fama mundial por Internet la que logró el inocente Montaño! Con razón que desde 1970, veintiún años antes de ese Campeonato Sub-20, la Federación Internacional de Fútbol Asociado se haya dedicado a fomentar y a premiar el juego limpio en sus torneos internacionales.
Más vale que cada uno de nosotros evite a toda costa y condene el juego sucio, y fomente y practique el juego limpio, no sólo en el deporte sino en cada esfera de la vida. Lo cierto es que, según el sabio Salomón, «tal vez sea agradable ganarse el pan con engaños, pero uno acaba con la boca llena de arena».5 Es que, a diferencia del árbitro de aquel juego de fútbol, «los ojos del Señor están en todo lugar, vigilando a los buenos y a los malos».6 «[Sus] ojos observan todo lo que hace la humanidad, para dar a cada uno lo que merece, según su conducta y los frutos de sus acciones.»7
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