Alguna vez te enojaste con Dios porque necesitabas una clara expresión de Su Presencia. O tal vez el reproche vino porque la soledad te resultaba insoportable. La realidad palpable distaba mucho de aquello que alguna vez soñaste. Quisiste que Él te hablara y Su Voz brillaba por su ausencia. Desconocías tus talentos sin saber cuán útil podías resultar para el resto de la humanidad. La brújula no marcaba algún rumbo que tuviera sentido. Ante ese panorama, el vacío y la queja se transformaron en los comandantes de tu vida.
Hasta que un día nada y todo cambió. Fue cuando descubriste uno de los más grandes inventos de Dios: el regalo de un amigo. Comprendiste que:
- No estabas solo
- Dios no te había dado lo que esperabas, pero alguien te acompañaba en medio del dolor
- Eras útil para alguien
- Ese amigo te hacía llegar palabras sanadoras que venían directamente de Dios
- La Gracia de Dios adquiere múltiples formas.
¿Alguna vez te fallaron? Bienvenido al club… de los lastimados y de los que también hemos fallado. El perfeccionismo te aísla. La valoración de las bondades ajenas y la comprensión de la debilidad humana te permiten construir nuevas y maravillosas amistades todo el tiempo. No seas tan estricto. Recuerda que Dios, una vez más en este día, ha extendido Su Misericordia para con tu vida; ¿qué derecho tenemos entonces para no ser misericordiosos con los demás?
Aún estás a tiempo. Hay amigos que están; sólo se trata de edificarse mutuamente. Hay amigos que están por aparecer. Hay más de Dios para tu vida, que llegará de la mano de tus amigos. Hay más de Dios para tus amigos que llegará de tu mano.
Fuerte abrazo amigo de los “Lunes Otra Vez”. Muchas veces Dios me abrazó o me acercó alguna sugerencia a través tuyo. Gracias por no retener El Amor.
GUSTAVO BEDROSSIAN
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