REFLEXIÓN VIERNES 22 DE AGOSTO DE 2014.
“En Dios solamente espera en silencio mi alma; de El viene mi salvación.” Salmo 62:1.
¿Cuánto ruido exterior soporta nuestros oídos a diario? Vivimos en la época del ruido. Salimos de nuestros hogares a recibir el ruido ocasionado por los vehículos automotores, las maquinas, por la música a alto volumen en las calles, en los diferentes negocios callejeros, almacenes y centros comerciales.
Toda esta agitación carga nuestra mente ¿Quién, de vez en cuando, no anhela alejarse del bullicio? Debemos volver a descubrir el valor del silencio. No se trata de un silencio permanente y estéril para volver sobre nuestros pensamientos, ó llorar sobre sueños que no se hicieron realidad. Se trata de un silencio para escuchar a Dios, para orar y adorarle.
“Más tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público.” Mateo 6:6. Este es un silencio exquisito, es un descanso renovador. ¿Tienes, con frecuencia, esos momentos especiales para huir del mundo y escuchar la voz y sentir esa paz que solo nos puede brindar el Dios Altísimo?
En esos encuentros a solas con Dios, encontramos sabiduría, dirección, confianza, fortaleza y paz. No permitas que el ruido ensordecedor de este mundo te envuelva. Nuestra alma necesita ese silencio especial ante nuestro Dios, así como nuestros pulmones necesitan el aire. JESÚS, nuestro Señor, aprovechaba cualquier oportunidad para alejarse de la multitud y hablar en privado con el Padre Celestial. ¿Tuviste ya hoy ese encuentro fortalecedor con tu Creador?
ORACIÓN
“Soberano Dios y Padre Celestial: Guardo silencio ante ti, Señor, y en ti espero con paciencia. En tu poder y en tu fuerza me fortalezco, oh Dios. Vengo ante ti, para presentarte todo lo que soy y todo lo que tengo. En quietud y silencio de mi alma, quiero entregarte mi tiempo, mis talentos y mi futuro. Espero en ti, porque me abres camino donde no existe y me enseñas la vereda segura y permanente que me lleva a la verdadera paz de espíritu, en el nombre glorioso de tu amado Hijo Jesucristo.” Amén y Amén.
-FELIZ FIN DE SEMANA-
ARBEY SERNA ORTIZ