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General: LO MÁS VISTOSO Y LO MÁS IMPORTANTE
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Respuesta  Mensaje 1 de 3 en el tema 
De: hectorspaccarotella  (Mensaje original) Enviado: 11/10/2014 12:21
LO MÁS VISTOSO Y LO MÁS IMPORTANTE

 
Hace aproximadamente cien años se desató un movimiento que ha tenido un impacto profundo sobre el cristianismo a nivel mundial. Allá por 1906, en la calle Azusa de Los Ángeles, California, se desató un avivamiento que dio como resultado el movimiento pentecostal moderno. Las reuniones, dirigidas por un predicador afroamericano tuerto, comenzaron en el pórtico de una casa. Tuvieron que buscar otro lugar para reunirse cuando el pórtico colapsó. Felizmente, nadie se lastimó.
 
Una de las manifestaciones de la presencia del Espíritu Santo en estas reuniones fue el hablar en lenguas. Debemos entender que, durante más de mil quinientos años, el hablar en lenguas había sido algo casi desconocido en la vida de la Iglesia. Se manifestó de manera muy esporádica y en grupos aislados. Sin embargo, a partir del avivamiento de la calle Azusa en 1906, se lanzó el movimiento pentecostal que hoy está presente en casi todo el mundo. Una de sus marcas sobresalientes es el hablar en lenguas.
 
Desde el comienzo del movimiento pentecostal, el hablar en lenguas ha sido un punto de controversia. Quizás tú te criaste en una Iglesia donde se hablaba en lenguas, o lo has visto en un lugar que visitaste. Puede ser que te cause confusión. Quizás incluso sientas que te estás perdiendo algo porque no hablas en lenguas, y que tu fe no es completa si no posees este don.
 
Durante mis años de estudio en la universidad, visité algunas Iglesias donde había personas que hablaban en lenguas. Empecé a pensar que me faltaba algo en mi vida cristiana, e incluso oré pidiéndole al Señor que me diera este don - pero no me lo ha dado aún. Más tarde, conocí a más personas que hablaban en lenguas. Algunos de ellos eran creyentes maduros en el Señor, mientras que otros demostraban mucha inmadurez. Me empecé a dar cuenta de que el hablar en lenguas no es un paso instantáneo a la madurez espiritual.
 
Hoy vamos a leer lo que el Espíritu Santo dijo por medio del apóstol Pablo a una Iglesia que había quedado fascinada con el hablar en lenguas. En la Iglesia de Corinto, todo el mundo quería hablar en lenguas. Se consideraba una marca de espiritualidad. La respuesta que él les dio nos enseña mucho acerca de nuestra vida espiritual en general.
 
Abramos la Biblia y el corazón en 1 Corintios 14, y para empezar, leamos los versos 1 al 5, y 20-25:
 
Procurad alcanzar el amor; pero también desead ardientemente los dones espirituales, sobre todo que profeticéis. Porque el que habla en lenguas no habla a los hombres, sino a Dios, pues nadie lo entiende, sino que en su espíritu habla misterios. Pero el que profetiza habla a los hombres para edificación, exhortación y consolación. El que habla en lenguas, a sí mismo se edifica, pero el que profetiza edifica a la iglesia. Yo quisiera que todos hablarais en lenguas, pero aún más, que profetizarais; pues el que profetiza es superior al que habla en lenguas, a menos de que las interprete para que la iglesia reciba edificación.... Hermanos, no seáis niños en la manera de pensar; más bien, sed niños en la malicia, pero en la manera de pensar sed maduros. En la ley está escrito: POR HOMBRES DE LENGUAS EXTRAÑAS Y POR BOCA DE EXTRAÑOS HABLARE A ESTE PUEBLO, Y NI AUN ASI ME ESCUCHARAN, dice el Señor. Así que las lenguas son una señal, no para los que creen, sino para los incrédulos; pero la profecía es una señal, no para los incrédulos, sino para los creyentes. Por tanto, si toda la iglesia se reúne y todos hablan en lenguas, y entran algunos sin ese don o incrédulos, ¿no dirán que estáis locos? Pero si todos profetizan, y entra un incrédulo, o uno sin ese don, por todos será convencido, por todos será juzgado; los secretos de su corazón quedarán al descubierto, y él se postrará y adorará a Dios, declarando que en verdad Dios está entre vosotros.
 
Debemos notar que el apóstol Pablo no prohíbe el hablar en lenguas; al contrario, dice, "Yo quisiera que todos ustedes hablaran en lenguas". El hablar en lenguas no es algo malo. Si Dios te ha dado este don, úsalo para tu propia edificación y disfrútalo.
 
Sin embargo, también nos dice que esto no es lo más importante. En el mismo versículo, después de decir que quisiera que todos hablaran en lenguas, continúa: "pero mucho más que profetizaran". La profecía, en este pasaje, es la declaración de las verdades de Dios de una manera comprensible. Podría ser un mensaje especial para alguna persona, o simplemente una explicación o aplicación de un pasaje de la Escritura. No está hablando solamente de predecir el futuro, sino de proclamar la verdad y la voluntad de Dios a la gente. Cuando un hermano se levanta durante el tiempo de testimonios para compartir un pasaje bíblico o una exhortación a la congregación, está profetizando.
 
¿Por qué prefiere Pablo que la gente proclame la Palabra del Señor - es decir, profetice - en lugar de hablar en lenguas? Simplemente porque esto resulta en edificación para la Iglesia. Si alguien empieza a hablar en lenguas, puede llamar la atención; pero nadie aprende nada, ni se acerca al Señor por ello.
 
Si queremos crecer, no hay substituto para la proclamación de la Palabra del Señor. La predicación y la enseñanza - que son formas de profecía, en el sentido en que se usa la palabra en este pasaje - son esenciales para la salvación y la edificación. No podemos crecer sin aprender más de la Palabra de Dios. Es por esto que el momento culminante del culto es la predicación de la Palabra de Dios.
 
Hoy en día hay una gran ola que ha caído sobre la Iglesia como un tsunami. Es la ola del entretenimiento. Muchas personas van a la Iglesia para ser entretenidos, en lugar de ir para acercarse a Dios y conocer su voluntad para sus vidas. Pero tu vida no puede ser transformada por medio del entretenimiento. ¿Qué dice la Palabra? Dice en Romanos 12:2 "Sean transformados mediante la renovación de su mente".
 
La transformación viene cuando aprendemos a pensar de una forma diferente, rechazando las mentiras del diablo y viviendo conforme a la verdad de Dios. Yo te pregunto: ¿Vienes a la Iglesia con un corazón dispuesto a aprender? ¿Buscas una verdad que puedes aplicar a tu vida? ¿O sólo te interesas por sentir algo o por ver algo diferente? Lo milagroso y lo vistoso no siempre traen bendición, como veremos ahora en los versos 6 al 12 Ahora bien, hermanos, si yo voy a vosotros hablando en lenguas, ¿de qué provecho os seré a menos de que os hable por medio de revelación, o de conocimiento, o de profecía, o de enseñanza? Aun las cosas inanimadas, como la flauta o el arpa, al producir un sonido, si no dan con distinción los sonidos, ¿cómo se sabrá lo que se toca en la flauta o en el arpa? Porque si la trompeta da un sonido incierto, ¿quién se preparará para la batalla? Así también vosotros, a menos de que con la boca pronunciéis palabras inteligibles, ¿cómo se sabrá lo que decís? Pues hablaréis al aire. Hay, quizás, muchas variedades de idiomas en el mundo, y ninguno carece de significado. Pues si yo no sé el significado de las palabras, seré para el que habla un extranjero, y el que habla será un extranjero para mí. Así también vosotros, puesto que anheláis dones espirituales, procurad abundar en ellos para la edificación de la iglesia.
 
Imaginemos, por un momento, que los músicos empezaran a guiar la alabanza con instrumentos desafinados. En lugar de producir acordes armoniosos, la guitarra sólo produce sonidos disparejos y chocantes. ¿Cómo sabríamos qué canción se está cantando? ¿Cómo podríamos alabar a Dios así?
 
Los corintios querían hablar en lenguas porque esto llamaba la atención; pero el apóstol prefería que declararan la Palabra de Dios de manera comprensible, porque esto produce edificación. Aquí hay una lección muy importante para nosotros. A veces, buscamos en la Iglesia lo más impresionante, lo más novedoso o lo más maravilloso.
 
Pero si no hay explicación, sólo habrá confusión. Esto es lo que sucede, dice Pablo, cuando se usan las lenguas sin interpretación. Es algo inusual, pero no trae bendición. Sería como escuchar los graznidos de una gran manada de gansos. Es impresionante, pero no nos comunica nada.
 
En el día de Pentecostés, cuando los discípulos de Cristo empezaron a hablar en lenguas, una multitud se acercó. Sin embargo, estaban confundidos. Se preguntaban: ¿qué pasa aquí? Algunos incluso alegaban que los discípulos estaban borrachos. Fue sólo cuando Pedro les proclamó las buenas noticias de la muerte y resurrección de Cristo, y el perdón que Dios ofrece a todo el que se arrepiente y cree, que sus corazones fueron tocados y transformados.
 
No quiero que me malentiendan. Mi profundo deseo es que esta Iglesia sea un cuerpo lleno del Espíritu, donde Él se manifiesta, donde sentimos su presencia y donde suceden cosas maravillosas. Lo que tenemos que entender es que, si sentimos que nos falta algo, la respuesta no está simplemente en buscar señales maravillosas, como lenguas u otros milagros. La respuesta está en humillarnos ante el Señor en oración y ayuno, esforzándonos por obedecer su Palabra. De este modo, podemos adorar a Dios de veras. Los versos 13 al 19 nos hablan de esto:
 
Por tanto, el que habla en lenguas, pida en oración para que pueda interpretar. Porque si yo oro en lenguas, mi espíritu ora, pero mi entendimiento queda sin fruto. Entonces ¿qué? Oraré con el espíritu, pero también oraré con el entendimiento; cantaré con el espíritu, pero también cantaré con el entendimiento. De otra manera, si bendices sólo en el espíritu, ¿cómo dirá el Amén a tu acción de gracias el que ocupa el lugar del que no tiene ese don, puesto que no sabe lo que dices? Porque tú das gracias bien, pero el otro no es edificado. Doy gracias a Dios porque hablo en lenguas más que todos vosotros; sin embargo, en la iglesia prefiero hablar cinco palabras con mi entendimiento, para instruir también a otros, antes que diez mil palabras en lenguas.
 
Si hay sólo una frase que recuerdas de estos versículos, que sea ésta: "cantar con el espíritu, pero también con el entendimiento". La verdadera adoración que agrada a Dios y nos transforma a nosotros no consiste en entrar en un éxtasis, sino en contemplar las maravillas de Dios y sentir la emoción que nace de su verdad. No significa apagar el cerebro, sino adorar con el cerebro.
 
La verdadera adoración es un encuentro con un Dios personal y verdadero. Lo llegamos a conocer, no solamente por nuestros sentimientos, sino por nuestra mente y la verdad que llegamos a conocer de Él. Adoramos de verdad cuando conocemos más de Dios, y por medio de la música y otras cosas, nuestro corazón se mueve. Si la adoración sólo consiste en sentimientos sin relación con la verdad o la revelación de Dios que conocemos con la mente, no es adoración real.
 
Imaginemos, por un momento, a una pareja de "enamorados". Cada viernes, se reúnen en la cantina para echarse unos tragos. Embriagados, bailan y disfrutan la música, pero jamás hablan de sus sueños, sus problemas, sus pensamientos. En realidad, no se conocen muy bien. No saben lo que piensa el otro, qué le importa, qué le gusta. Sólo pasan un tiempo juntos, cada uno buscando su propia diversión, pero no hay ninguna compenetración de mente o de corazón.
 
Así puede ser la adoración. Si llegamos a adorar a Dios sólo para ver un show, o para sentir algo, nos parecemos a esa pareja. No estamos conociendo al que hemos venido a adorar. No estamos tratando de conocer sus pensamientos, lo que le importa, lo que le gusta. Estamos centrados en nuestros sentimientos solamente.
 
Este es uno de los peligros de la fascinación con las lenguas, pero cualquiera puede caer en esta trampa. Es por esto que necesitamos buscar lo que le agrada a Dios, no sólo lo que nos complace a nosotros. Jesús Adrián Romero lo expresa muy bien: "Quiero entender que es lo que mueve tu fiel corazón y lo que esperas de mí, buen Señor, para entregarlo. Quiero expresar esas palabras que quieres oír, y la canción que te hará sonreír, quiero entonarla. Quiero agradar tu corazón, quiero encontrar esa canción. Déjanos empezar de nuevo y descubrir tu corazón para darte lo que anhelas en adoración. Si nos desviamos, te pedimos que nos permitas regresar a expresarte nuevamente que se trata de ti, se trata de ti."
 
En realidad, la cuestión de hablar en lenguas o no hablar en lenguas no es tan importante como lo es el corazón con el que nos acercamos a adorar. ¿Estamos buscando conocer y complacer a Dios? ¿O queremos lucir nuestra espiritualidad? ¿Estamos buscando conocer y complacer a Dios? ¿O buscamos solamente un sentimiento?
 
Nuestro Dios es tan grande. Es el Creador de cielo, tierra y mar. Es nuestro Diseñador. Nos rescató, enviando a su único Hijo para morir por nosotros en la cruz. ¿No se merece El nuestra atención? ¿No se merece que lo conozcamos de verdad, escuchando y estudiando la revelación que Él nos ha dejado? ¿No se merece que busquemos conocerlo de verdad?

Pastor Tony Hancock


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Respuesta  Mensaje 2 de 3 en el tema 
De: Dios es mi paz Enviado: 11/10/2014 20:13





Muy feliz tarde de sabado! Que lindo tenerte 








aquí, Araceli!

Respuesta  Mensaje 3 de 3 en el tema 
De: Lolis Navarrete Enviado: 12/10/2014 04:15


 
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