REFLEXIÓN VIERNES 14 DE NOVIEMBRE DE 2014.
“Vieron a Jesús que andaba sobre el mar y se acercaba a la barca; y tuvieron miedo. Más él les dijo: Yo soy; no temáis.” Juan 6:19-20.
¿Quién no ha pasado por momentos de angustia en su vida? ¿Quién no ha sentido temor al afrontar alguna situación difícil? Pero, ¿qué hacer en esos momentos en los cuales nosotros somos impotentes y nos encontramos totalmente rendidos a alguien ó dependiendo de algo que nos libre?
Sin duda el mar estaba sereno cuando los discípulos de Jesús subieron a la barca, pero de repente se levantó un viento contrario y la frágil embarcación se vio zarandeada por las olas. Estos hombres, sintieron miedo, a pesar de ser expertos pescadores. No era sencilla la situación que afrontaban en esos momentos. Vanas eran sus propias fuerzas para salvarse y vana era la ayuda de los hombres; necesitaban un milagro, necesitaban un verdadero Salvador. Cuando parecía que no había solución, JESÚS se acercó a ellos andando sobre el mar.
Los discípulos se asustaron y gritaron: “¡Un fantasma!” Mateo 14:26. Ya habían olvidado que días antes, con sólo dos palabras reprendió al viento y dijo al mar“Calla, enmudece” Y cesó el viento, y se hizo grande bonanza Marcos 4:39. Jesús pasó de largo para probar su fe y conociendo su temor, les habló sin reprocharles por no haberlo reconocido y los tranquilizó, diciéndoles: “Yo soy” “Y subió a ellos en la barca, y se calmó el viento.
Todavía hoy, en medio de las tempestades de nuestra vida, cuando nuestra energía se agota, podemos oír al Señor Jesús decirnos: “Yo soy; no temáis.” “Yo Soy” tu Salvador, tu socorro en medio del peligro, “Yo Soy” tu Pastor que nunca te abandonará. “Yo Soy” el que dirijo tu vida para tu bien, “Yo Soy” tu Redentor, Yo Soy el que conoce tus debilidades, tus caídas morales y también el que quiere levantarte. “Yo Soy” el que permite la tempestad, el que tengo el poder para detenerla y tengo el poder para conducirte a buen puerto.
Independientemente de las circunstancias que estés viviendo, Jesucristo, El Salvador, está junto a ti. Entrégale tu vida y deja que El dirija tus pasos.
ORACIÓN
“Soberano Dios y Padre Celestial:” En ti espera en silencio mi alma, de ti viene mi salvación. Eres escudo alrededor de mí, Eres mi gloria y el que levanta mi cabeza. Más que el estruendo de muchas aguas, más que las poderosas olas del mar, eres poderoso, SEÑOR, en las alturas. Haces de las nubes tu carroza; andas sobre las alas del viento; tu poderosa mano me sostiene, me guarda y bajo la sombra de tus alas me refugio, en el poderoso nombre de mi Señor Jesucristo“ Amén y Amén.
-FELIZ FIN DE SEMANA-
ARBEY SERNA ORTIZ