NECESITO DE TI: “yo
quisiera retenerle conmigo para que... me sirva en mis prisiones...” (v.13)
“Trae, cuando vengas, el capote que dejé en
Troas... y los libros... Procura venir antes del invierno...”
En la Biblia se nos enseña que más bienaventurado es dar que recibir, pero
según nuestra experiencia se 2 Timoteo 4:13,21
nos hace más difícil recibir que dar. Quizá por
nuestro orgullo, soberbia u omnipotencia, pocas veces tenemos la humildad de
aceptar que otros nos sirvan y ayuden.
Pablo no tenía este complejo. El admitió sus limitaciones y reconoció que
necesitaba de Onésimo, con lo cual no sólo estaba dando una oportunidad de
servicio, sino diciendo que no era autosuficiente.
Se cuenta de un creyente que vivía en un poblado
que comenzó a inundarse por una fuerte lluvia. El agua le llegaba a las
rodillas cuando algunos que pasaban remando le pidieron que se fuera con ellos.
“No, sigan ustedes. Dios me ayudará”, dijo. El agua había subido hasta el techo
cuando los angustiados vecinos volvieron por el creyente, pero éste volvió a
rehusarse.
Cuando el bote regresó otra vez, el creyente
todavía a salvo en el borde de la chimenea respondió: “¡El Señor proveerá!”.
Ellos se fueron y el creyente se ahogó. Ya en el cielo le regañó a Dios: “¿Por
qué no me ayudaste cuando oré a ti?”.
“Tres veces te contesté”, le respondió el
Señor.
Por Jorge Galli
Eirene Argentina -
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