REFLEXIÓN VIERNES 28 DE NOVIEMBRE DE 2014.
“El día en que temo, yo en ti confío. En Dios, cuya palabra alabo, en Dios he confiado, no temeré. ¿Qué puede hacerme el hombre?” Salmo 56:3-4.
Un viejo refrán dice:-Es mejor que digan aquí corrió y no que digan aquí murió.- Esto dicen refiriéndose a que, ocasiones, por hacer alarde de valentía, teniendo la oportunidad de huir del peligro, caemos por falta de sabiduría. Dios nos ayude a advertir a tiempo los indicios del peligro, para evitar así que nos dañe. Son muchos los peligros a los que a diario estamos expuestos y de los cuales el mejor camino es huir. El Padre Celestial, en su infinita sabiduría incorporó la prudencia y el temor a sus criaturas, como un mecanismo para sobrevivir.
No solo debemos huir de las situaciones en las cuales está en riesgo nuestra vida, también debemos huir valientemente de la mentira, del adulterio, del hurto, de la calumnia, de la ira desenfrenada y de todo tipo de situaciones que creemos que podemos dominar fácilmente, pero que, en realidad, son demasiado peligrosas, absorbentes y nocivas para nuestra vida.
Pueden decir que el miedo es de los cobardes, pero la verdad es que los valientes también sienten temor, pero se diferencian de los demás, porque prevén los costos y caminan con cautela. Muchas veces, el no temer no es de valientes, sino de imprudentes. “El día en que temo, yo en ti confío.” Salmo 56:3. Claro está que los extremos son malos y no es extraño encontrar a algunos que se paralizan por el miedo y, lógicamente, nunca logran nada.
Antes de dar un paso, busquemos la dirección del SEÑOR, Encomendemos a El nuestro camino y el enderezará nuestras veredas. Esta es la manera más saludable de transitar confiados, seguros y gozosos en esta vida.
ORACIÓN
“Soberano Dios y Padre Celestial:” Gracias porque Tus ojos están puestos en mí, me has tomado de la mano derecha, me has guiado según tu consejo, me haces saber y me enseñas el camino en que debo andar. Sol y escudo eres tú SEÑOR, Dios de toda gracia y misericordia, que siempre galardonas y das gloria a los que te buscan; nada bueno niegas a los que andan en integridad. No nos has dado espíritu de cobardía, sino de amor, poder y dominio propio. Sea tu nombre exaltado y glorificado, en el poderoso nombre de mi Señor Jesucristo“ Amén y Amén.
-FELIZ FIN DE SEMANA-
ARBEY SERNA ORTIZ