Queridos amigos y amigas de Fraternalmente Unidos, les envío un cordial saludo y le pido a Dios que puedan transitar este año 2015 acompañados en todo tiempo por su presencia.
Acostumbro a reproducir en este grupo mensajes del psicólogo cristiano GUSTAVO BEDROSSIAN.
Este de hoy tiene que ver con este 1 de enero de 2015 en el que les escribo, y me pareció adecuado para transmitirles mi abrazo.
Un saludo frecuente por estas fechas suele ser el siguiente: “¡Que se cumplan todos tus deseos en este nuevo año que comienza!”. Casi sin reflexionar demasiado en cuanto al contenido de estas palabras, mucha gente transmite este mensaje bien intencionado. Aunque el hecho de ser bien intencionado, no significa que sea un saludo recomendable. Veamos por qué a través de un ejemplo:
Juana le desea esto a su amiga María, quien sin darse cuenta, tiene 584.329 deseos para el 2015. Primer problema: María nunca asumiría que tiene semejante cantidad de deseos. Y esto no porque María sea mentirosa, sino porque María se conecta con uno o dos deseos por vez. Sólo cree que desea tener una cocina nueva como justamente la que posee su amiga Juana. Claro que también desea tener el cuerpo que tuvo en su adolescencia. Y en otros momentos, desearía tener más ahorros, una mejor familia, un auto que funcione bien, un grupo de amigos más amplio, un vestuario renovado, unas vacaciones como las que tendrá su compañera de trabajo, etc. María nunca observó todos sus deseos juntos, porque ahí sí terminaría llegando a reconocer que ascienden a un total de 584.329 (por ahora, ya que la lista aumentará en cuestión de instantes).
Segundo problema: ¿Es consciente María del precio que habrá que pagar para cumplir con semejante cantidad de deseos? ¿Se dará cuenta de la exigencia que se impone a sí misma y a todo su entorno para que le ayuden a satisfacer sus deseos? Para tener más ahorros, mejores vacaciones, ropa nueva, auto y cocina nueva, por sólo comenzar con la lista, tendrán que desplegar ella y su familia un esfuerzo monumental. Seguramente vivirá más presionada y presionando más. No dudes que estará más tensa e irritable.
Tercer problema: Por lo que vamos viendo, María no disfrutará de todo lo que vaya logrando, debido a la presión y exigencia con la que vivirá. Y sin lugar a dudas, no tendrá demasiado tiempo para el disfrute debido a que está trabajando en pos de mantener todo lo que alcanzó y de ir hacia la concreción de los nuevos deseos.
Cuarto y no último problema: María no llegará a la meta de satisfacer sus 584.329 deseos. Es imposible. Nadie lo logra; ni aún aquel que duerma tres horas por día. Y como te contaba el deseo 594.330 llegará en cuestión de segundos. La lógica de la ambición y los deseos desmedidos lleva al surgimiento permanente de nuevos deseos/caprichos.
Entonces, ¿qué hacemos? ¿Podremos cambiar este saludo por otro más razonable y prudente, sin que este mensaje invite a la mediocridad y a la falta de superación? Creo que sí. Estoy seguro que en tu creatividad, encontrarás con tus palabras un mensaje más saludable. Vamos con algunos saludos tentativos:
- “¡Que el 2015 te encuentre siendo una persona agradecida y enfocada en lo que es realmente prioritario!”
- “¡Que puedas sintonizar con los deseos de Dios para tu vida en este tiempo!”
- “Que este año desarrolles el arte de la sencillez y la determinación en lo que realmente vale la pena”
Amigo, estos últimos tres saludos son mi mensaje para ti al iniciar un nuevo año.
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