CARACTERÍSTICAS DEL ESPÍRITU DE JEZABEL (1)
¿Quién es Jezabel?
Es, sin dudas, el nombre de mujer más conocido y utilizado en la iglesia. La acompaña prácticamente desde su inicio. No como bondadosa dama, ayuda idónea o servicial mujer, sino como franco espíritu del cual trataremos de aportar mayor información, con el fin de evitar que muchos vuelvan a equivocarse como ya lo han hecho tantos, causando los inconvenientes que todos conocemos.
(Gálatas 6: 10) Así que, según tengamos oportunidad, hagamos bien a todos, y mayormente a los de la familia de la fe.
¿Nunca se le ocurrió preguntarse por qué Pablo utilizó este término, (Familia de la Fe), para referirse a los creyentes nucleados allí? Es sencillo. Porque Pablo sabía que la familia, como núcleo comunitario, es un prototipo en escala de la Iglesia.
Las familias, están entrelazadas por personas con algo en común: un lazo de sangre por ejemplo. De igual modo, las congregaciones, están conformadas por personas entrelazadas por un denominador común: la sangre de Cristo. De allí que tanto las congregaciones como las familias contengan a personas con fallas muy reales. Los desajustes que se producen en las familias, también ocurren dentro del cuerpo de Cristo.
Incontables congregaciones en todo el mundo se tambalean bajo el peso de los que en ellas están heridos. Estas congregaciones, generalmente controladas por unos pocos, se parecen a un campo desierto cubierto de cuerpos espirituales muertos, desparramados en los terrenos del disenso y la manipulación, que es hechicería. Si no existe una autoridad fuerte allí, una sola persona puede dejar a una congregación entera sin defensas. ¡Aún en las que se precian de estar llenas del Espíritu Santo! Las "bajas" crecen a medida que las personas desilusionadas en su fe, encuentran que el mensaje no tiene poder; y su testimonio, tampoco.
El espíritu de Jezabel, -y ahora le voy a enseñar por qué-, es atraído principalmente por personalidades proféticas. Suele mostrarse con mayor frecuencia en el género femenino, aunque no hay que descartar que este espíritu también influya en hombres.
Este es un espíritu tóxico para la iglesia y muy difícil de detectar en las primeras etapas. Puede esconderse en personas ungidas, dotadas, amistosas, trabajadoras, que parecen ser una respuesta a la oración. Inicialmente, cuando una persona así aparece en una congregación, la gente suele entusiasmarse, porque parecen tener un altísimo potencial para el ministerio. Pero cuando se le quita la fachada, el barniz, la capa superficial, debajo de eso aparece la rebelión, la acusación, la manipulación, las ansias de control, la mentira, la ira, la arrogancia, la "súper espiritualidad", el chisme, las críticas, los celos, la astucia, la maña y la falsa preocupación. Todo esto, lo sabemos, son ingredientes vitales para un demonio de hechicería, que es en definitiva lo que mueve a cualquier Jezabel activa.
TIÁTIRA
(Apocalipsis 2:20-23) Pero tengo unas pocas cosas contra ti: que toleras que esa mujer Jezabel, que se dice profetisa, enseñe y seduzca a mis siervos a fornicar y comer cosas sacrificadas a los ídolos. Y le he dado tiempo para que se arrepienta, pero no quiere arrepentirse de su fornicación. He aquí yo la arrojo en la cama, y en gran tribulación a los que con ella adulteran, si no se arrepienten de las obras de ella.
A primera vista, puede parecer que no existe un equivalente actual para la Jezabel de Apocalipsis 2,pero muchos miembros de iglesias, incluyendo a muchos pastores, han sucumbido ante el espíritu tentador de Jezabel. Atraídos por el engaño del adulterio y la fornicación, sacrificando la santidad ante el ídolo de la inmoralidad sexual, han entrado en un período de gran tribulación. Hogares y congregaciones enteras han sido destruidos, y muchos hijos, tanto físicos como espirituales, han sufrido cierta forma de muerte.
En el libro del Apocalipsis, el Espíritu Santo habló por medio del apóstol Juan a las siete iglesias de la provincia romana en Asia. Una de las iglesias, ubicada en Tiatira, estaba luchando con un espíritu de Jezabel. En el Antiguo Pacto, Jezabel era una mujer que vivía y respiraba; pero en el Nuevo Pacto es un espíritu. De la misma manera que Babilonia en el Antiguo Testamento era un lugar geográfico y físico definido, en el Nuevo Testamento, Babilonia es un espíritu que hoy inunda nuestras congregaciones desparramando confusión, materialismo, humanismo, corrupción y religiosidad ritual. Tenemos que aprender a leer la Biblia. Muchas veces, lo que es definido, específico, singular y local en el Antiguo Testamento, es comunitario, ilimitado y espiritual en el Nuevo. Esto es muy importante saberlo, ya que al tratar con Jezabel, se está tratando con un espíritu y no con un ser de carne y hueso.
Dios dijo que somos su imagen y semejanza. Pero resulta que como a Dios nadie le vio jamás, nadie sabe qué aspecto tiene. La única pista que tenemos, es que Dios es Espíritu, de lo que deducimos que nosotros también somos un espíritu. Ahora, como los espíritus no son materia y por lo tanto necesitan un cuerpo para hacerse visibles, el Espíritu Santo va a utilizar el nuestro para derramar bendición hasta que sobreabunde. Pero también los espíritus malignos harán lo propio con todos aquellos que se abran a su ingreso mediante el pecado, la desobediencia y la blasfemia. La señora N.N. puede ser una buena mujer, pero si por alguna causa le dio entrada al espíritu de Jezabel, la señora N.N. puede llegar a ser una catástrofe para la iglesia donde se congrega.
Vemos, en el primer libro de los Reyes, en el capítulo 16, que Acab rey de Israel, tomó a Jezabel para ser su esposa. Jezabel no era de Israel, era hija del rey de Sidón. Algo peor todavía: era una adoradora de Baal, muy devota y proselitista. Acab, que era un rey de carácter muy débil, comenzó también a adorar a Baal, renegando de sus creencias, sólo por complacer a su mujer. Los dos juntos, llevaron al pueblo de Israel al pecado de la adoración de ídolos. Dios, en su ira, levantó a Elías para llamar a Israel al arrepentimiento y trajo el hambre a la tierra.
Luego, ya en el capítulo 18, vemos que Jezabel hizo matar a los profetas de Dios. Usurpó una autoridad que Dios no le había dado y mató a personas que Dios había levantado para ser sus voceros ungidos. En cambio, Jezabel lo reemplazó por los profetas de Baal. En respuesta a su maldad, Dios envió a Elías a confrontar con los poderes de Baal en una demostración de fuerzas delante del pueblo de Israel. Con los profetas de Baal de un lado de la montaña y Elías en el otro, Dios demostró a los hijos de Israel que Dios de Elías era el verdadero Dios. Mientras el fuego del cielo devoraba el altar que Elías había construido, el pueblo se postró sobre sus rostros, diciendo: ¡Dios es Dios! Elías le ordenó a los que observaban el enfrentamiento que mataran a los profetas de Baal, y el pueblo lo hizo sin dudar. En veinticuatro horas, la hambruna había terminado y el avivamiento se extendía por Israel.
Bendiciones!!!
Pastor Jorge Vaca