REFLEXIÓN VIERNES 20 DE MARZO DE 2015.
“Has cambiado mi lamento en baile; Desataste mi cilicio, y me ceñiste de alegría.” Salmo 30:11.
La vida no deja de ser hermosa, a pesar de las dificultades que encontramos a nuestro paso. “Ella, como dicen las abuelas: -Tiene su encanto a pesar de…”- En la vida nos enfrentaremos a tiempos en los cuales el sollozo aparecerá y es que no podemos estar esperando que todo en la vida sea perfecto y que todo sea color de rosa. Difícil es esperar que no tengamos que enfrentar situaciones que tratarán y hasta lograrán, en un momento determinado, borrar la sonrisa de nuestro rostro.
Pasamos, a veces, momentos en los cuales todo parece salirnos mal, momentos de silencios de Dios, en donde pareciera que El calla mientras nosotros enfrentamos las más duras situaciones. ¿Has pasado por esos momentos en los cuales te sientes totalmente solo, a pesar de saber que tienes a Dios de tu lado?¿has pasado por situaciones en las cuales has querido rendirte y como hacen en el boxeo, tirar la toalla.?¿Has, incluso, reclamado a Dios por esas pruebas que han venido a tu vida y aún dudado de que algo bueno pueda salir de ese problema que enfrentas?
Hay un refrán popular que dice: -No todo es Semana Santa, porque ha de venir la pascua-. A pesar de esos tiempos de lamento y llanto, siempre, pero siempre, hemos de terminar sonriendo, porque veremos la mano de Dios actuando y calmando nuestras tempestades, cambiando nuestra soledad y nuestra tristeza, en momentos de gozo y de paz.
De pronto, hoy, estás pasando por un momento difícil en tu vida. Quizá ya no soportas más esa situación que estás viviendo, pero de algo puedes estar seguro: Dios no te ha abandonado, Él sigue estando a tu lado. Tal vez hoy lloras, pero eso no significa que mañana no vayas a sonreír, lo que ahora te es difícil, mañana lo recordarás con una sonrisa y darás gracias a Dios por lo vivido.
ORACIÓN
“Soberano Dios y Padre Celestial:” Lo que para mí parece imposible de cambiar, tú lo haces posible, Eres el Dios de los imposibles. Cambias mi lamento en danza, desatas mi aflicción y me rodeas de alegría. Conviertes mi llanto en sonrisa, mi dolor en paz y mi tristeza en gozo. Me das nuevas fuerzas cada día, me cubres con tu manto de gloria y tu poderosa mano me sostiene y me guarda, en el poderoso nombre de mi SEÑOR JESUCRISTO.” Amén y Amén.
-FELIZ FIN DE SEMANA-
Arbey Serna Ortiz