REFLEXIÓN VIERNES 27 DE MARZO DE 2015.
“Y Eliseo le dijo: ¿Qué puedo hacer por ti? Dime qué tienes en casa. Y ella respondió: Tu sierva no tiene en casa más que una vasija de aceite. 2 Reyes 4:2.
Esta es la historia de una mujer que al fallecer su marido, hombre temeroso de Dios, solo le dejó deudas. Ella quedó desprotegida sin alimentos, ni carne, ni pan, ni trigo, tan solo una vasija de aceite y su acreedor queriendo quitarle dos hijos como siervos. Ella acude al profeta Eliseo y atendiendo a su palabra reúne vasijas vacías, no pocas, de entre sus vecinos y encerrada en casa con sus hijos, va llenando las vasijas vacías hasta que ya no queda ninguna y, recién entonces, el aceite deja de fluir.
La mujer vuelve con corazón agradecido al Profeta y recibió de él dirección acerca de la forma en que debía administrar las ganancias de la venta del aceite “Ve y Vende el aceite, y paga a tus acreedores; y tú y tus hijos vivid de lo que quede”. 2 Reyes 4:7b. Dios no solo se ocupa de nuestra necesidad presente, sino que también provee para nuestro futuro. ¿Te parece fábula? No, no es ficción, esto es lo que hace Dios con todo aquél que deposita su confianza en Él.
¿Qué tienes en tu mano? Algunos dirán: Nada valioso tengo. Otros expresarán: Tengo pero no lo suficiente. Y no falta el que afirme: No tengo lo que espero tener. Nuestro Señor Jesucristo con cinco panes y dos peces en sus manos, alimentó a cinco mil hombres, sin contar las mujeres y los niños. Moisés, con una vara de pastor fue utilizado por Dios para abrir el mar Rojo y hacer brotar agua de la peña. La viuda, con una vasija de aceite, Dios le multiplicó y no solo cubrió sus deudas, sino que le quedó para vivir decorosamente ella y sus hijos.
Dios puede hacer lo que para nosotros es imposible, utilizando lo poco posible. Qué bueno es postrarnos a los pies del Señor, para agradecerle toda la provisión que recibimos de su mano. Qué bueno es volver para agradecerle a esa persona que con bondad nos escuchó y aconsejó o nos prestó ayuda en nuestra necesidad. Si hoy haces un alto en tu camino y contemplas todo lo que tienes, (Salud, un empleo, un techo, esposa (o), hijos, familia, amigos etc.) No te olvides de regresar y dar gracias al Dios Altísimo, porque todo procede de su poderosa mano. Es su misericordia la que todo nos lo da.
ORACIÓN
“Soberano Dios y Padre Celestial:” Quien como tú, oh Dios, que libras al afligido del más fuerte que él y al pobre y menesteroso del que le despoja. Tu palabra es verdad y es vida: “Joven fui, y he envejecido, Y no he visto justo desamparado, Ni su descendencia que mendigue pan.” Salmo 37:25. Tu ordenas mis pasos y apruebas mi camino, tu ley está en mi corazón, por tanto mis pies no resbalarán. Hazme buen administrador de todo lo que me das y enséñame a no olvidar que todo lo que soy y todo lo que tengo, lo he recibido de tu preciosa mano. Sea tu nombre exaltado y glorificado, en el poderoso nombre de mi SEÑOR JESUCRISTO.”Amén y Amén.
-FELIZ FIN DE SEMANA-
ARBEY SERNA ORTIZ