Pareciera que esta frase ha calado profundamente en las mentes de los humanos. Decir que uno no tiene tiempo es pensar que el día necesitaría más horas; también subyace el anhelo de desarrollar otras actividades que brinden mayor satisfacción, pero (ahí vuelve la excusa) el NO TENGO TIEMPO impide alcanzarlas.
Los problemas que afectan gravemente a la salud, a las empresas y al entorno familiar avanzan y avanzan por el bendito NO TENGO TIEMPO. Acaso no somos conscientes de esta realidad? Sin embargo, insistimos en no querer darnos cuenta.
Yo tengo una noticia fantástica para darte: no existe más tiempo. El tiempo es el que hay y no podemos cambiarlo. Reconozcamos que necesitamos aprender a administrarlo adecuadamente y a vivir cada uno de estos 28 momentos:
Un tiempo para nacer, y un tiempo para morir.
Un tiempo para plantar, y un tiempo para arrancar.
Un tiempo para matar, y un tiempo para curar.
Un tiempo para destruir, y un tiempo para construir.
Un tiempo para llorar, y un tiempo para reír.
Un tiempo para estar de luto, y un tiempo para estar de fiesta.
Un tiempo para esparcir, y un tiempo para recoger.
Un tiempo para abrazarse, y un tiempo para separarse.
Un tiempo para intentar, y un tiempo para desistir.
Un tiempo para guardar, y un tiempo para tirar.
Un tiempo para rasgar, y un tiempo para coser.
Un tiempo para callar, y un tiempo para hablar.
Un tiempo para el amor, y un tiempo para el odio.
Un tiempo para la guerra, y un tiempo para la paz.
Ec.3:2-6
Aprender a administrar mejor nuestros tiempos, es parte de la SABIDURIA MILENARIA hoy a nuestro alcance. Ignorarla es posible, pero el precio siempre tendremos que pagarlo.
Vive cada tiempo y disfrútalo. Cuando ese tiempo no te agrade, recuerda que es solamente uno de los tiempos y que existen otros 27 tiempos más para vivir. Te atreves a creerlo?
Oración: Padre, gracias por tu proyecto de vida para cada uno de nosotros. Enséñanos de nuevo a ser buenos administradores lo de más preciado que tenemos: nuestro tiempo. Gracias por Jesús. Amén