REFLEXIÓN VIERNES 1º. DE MAYO DE 2015.
“Entonces el SEÑOR Dios tomó al hombre y lo puso en el huerto del Edén, para que lo cultivara y lo cuidara. “Génesis 2:15.
Dios sabe, más que nadie, que no es bueno que el hombre esté ocioso. Por eso le encargó realizar una labor cotidiana. Este era el trabajo que tenía Adán: Cultivar y cuidar el huerto del Edén. Además, tenía otra diversión: ponerle nombre a cada animal creado por Dios. “Y el SEÑOR Dios formó de la tierra todo animal del campo y toda ave del cielo, y los trajo al hombre para ver cómo los llamaría; y como el hombre llamó a cada ser viviente, ése fue su nombre. Y el hombre puso nombre a todo ganado y a las aves del cielo y a toda bestia del campo “Génesis 2:19-20ª.
El cultivar y cuidar el huerto del Edén, así como colocar nombre a los animales, era su labor y, además, “Como el hombre llamó a cada ser viviente, ése fue su nombre.” Dios respetó el nombre que Adán dio a todo ganado y a las aves del cielo y a toda bestia del campo. De igual forma, Adán puso nombre a su mujer “Y el hombre le puso por nombre Eva a su mujer, porque ella era la madre de todos los vivientes.” Génesis 3:20. En otras palabras, el Padre Celestial Valoró y respetó el trabajo realizado por Adán.
De pronto, hay ocasiones en las cuales creas que lo que haces no tiene un gran valor, quizá porque nadie se da cuenta de lo que hiciste con tanto esfuerzo ó porque no recibiste ni una sola palabra de ánimo ó felicitación por la obra que llevaste a cabo. Vivimos, hoy, en un mundo difícil, en donde no se suele reconocer el trabajo realizado por otros, pero Dios sí reconoce tu esfuerzo, tu dedicación y el amor con que realizas tu labor.
A pesar del pegajoso ritmo “Del negrito del batey”, no debemos pensar que Dios hizo el trabajo como castigo. Mejor es reconocer lo que dice la Escritura “No hay cosa mejor para el hombre sino que coma y beba y que su alma se alegre en su trabajo.” Eclesiastés 2:24.
ORACIÓN
“Soberano Dios y Padre Celestial:” Gracias, porque es un regalo de tu preciosa mano, el poder gozarme y disfrutar del bien de todo mi trabajo. Gracias porque bendices y prosperas la obra de mis manos. Gracias porque me permites reconocerte y exaltar tu Santo nombre, en cada una de las actividades diarias que me permites realizar. Tu me das nuevas fuerzas cada día y alegras mi alma, en el glorioso y poderoso nombre de mi Señor Jesucristo.” Amén y Amén.
-FELIZ DIA DEL TRABAJO Y FELIZ FIN DE SEMANA-
Arbey Serna Ortiz