[Lección
01]
SARA:
UNA MUJER COMO NOSOTROS
Estudio
por: Melanie Newton
De
la serie: Mujeres comunes, el Dios siempre
fiel
Período de tiempo: los
Patriarcas ~2100-1800 a.C.
“Vuestro atavío no sea el externo de peinados ostentosos, de adornos
de oro o de vestidos lujosos, sino el interno, el del corazón, en el
incorruptible ornato de un espíritu afable y apacible, que es de grande estima
delante de Dios. Porque así también se ataviaban en otro tiempo aquellas santas
mujeres que esperaban en Dios, estando sujetas a sus maridos; como Sara
obedecía a Abraham, llamándole señor; de la cual vosotros habéis venido a ser
hijas, si hacéis el bien, sin temer ninguna amenaza”. 1ª Pedro 3:3-6
Antecedentes
El término patriarca se
aplica al padre u hombre líder de una familia o tribu. En la Biblia los “patriarcas” se refiere por
lo general a tres importantes personajes en Génesis 12-50 – Abraham, Isaac y
Jacob. Grandes civilizaciones se ubicaron
en el oriente cercano de la antigüedad. Ur
era una ciudad próspera, con un gobierno eficiente e impresionantes edificios. Bajo la dirección de Dios, Abraham dejó Ur,
con su cultura y conveniencias, por la tierra de Canaán (Israel actual). La vida patriarcal fue seminómada mientras se
desplazaban de un lugar a otro, buscando tierras de pastoreo y agua para sus
animales. Medían su riqueza en ganado y
bienes móviles, como plata, oro y tiendas de campaña. La arqueología nos ha brindado una gran riqueza
informativa de los tiempos patriarcales. A principios de los años 1900, Sr. Leonard
Woolley realizó excavaciones en Ur. Descubrió
la gloria de la ciudad, pero también reconoció el pecado. La idolatría caracterizaba a la ciudad. No es de extrañar que Dios llamara a Abraham
fuera de allá.
La era patriarcal es
importante para nosotros. A través de
Abraham y sus descendientes, Dios comenzó a desarrollar un pueblo para él. El pacto abrahámico (la promesa incondicional
de Dios a Abraham), contiene muchas promesas preciosas: Abraham tendría
numerosos hijos; sus descendientes poseerían la tierra de Canaán, y el Mesías
vendría de su linaje. Las promesas
pasaron a Isaac y Jacob. Los hijos de
Jacob formaron los núcleos de las doce tribus de Israel. A través de la bondad de uno de sus hijos
(José), el infante “Israel” (72 personas) entró a Egipto y creció hasta
convertirse en una gran nación.
Estudio del día 1
Sara es mencionada en la
Escritura más que cualquier otra mujer, aún María, la madre de Jesucristo. Ella es la primer mujer mencionada en Hebreos
11, en lo que es llamado “El salón de la fama de la fe”, y Dios la usó como un
ejemplo al que debemos seguir en 1ª Pedro 3:3-6. Por tanto, debemos averiguar cómo era Sara. ¿Era perfecta? ¿Alguna vez tomó una mala decisión? ¿En qué se parecía a nosotras? ¿Cómo podemos ser como ella?
1. Lee 1ª Pedro 3:3-6.
¿Qué palabras o frases te impactan?
Aunque el enfoque de este pasaje es la relación matrimonial, los
principios se relacionan con el carácter de cualquier mujer (“ser interior”),
especialmente las cualidades de un espíritu afable y apacible, que es de grande
estima delante de Dios. Esto le permite
a una mujer “hacer lo que es correcto y no dar lugar al temor”. Pero, podrías pensar, “¿Qué significa eso?” Averigüémoslo.
2. Lee las
definiciones de “afable/benigno” y “apacible” en la sección inferior del
“Enfoque en el significado”. ¿Por qué son
preciosas estas cualidades en una mujer delante de Dios?
Enfoque en el significado: “afable”
no significa pasiva, débil, o alguien que no puede valerse por sí mismo. Por el contrario, significa “fuerza
controlada”. Imagínate a una madre
arrullando a un recién nacido. Ella
tiene la fuerza física para lastimar a ese niño, pero no lo hace porque su
fuerza está bajo control. Una mujer
afable tiene un corazón humilde que se postra ante Dios, que reconoce los
tratos de Dios con ella como buenos, y elige no contender ni resistirse ante él.
“Afable
o benigno” no significa susurro,
silencioso, o suave. Por el contrario,
significa “tranquilidad que surge desde adentro” e incluye la idea de no
perturbar a los demás. Es una paz
interior y tranquilidad en medio de cualquier circunstancia. La benignidad y la paz son frutos del Espíritu
Santo (Gálatas 5:22-23) en la vida de un creyente, por lo tanto, están
disponibles para cualquier mujer cristiana que los anhele.
3. Lee Salmo 56:3-4. Nota que el salmista dice “en el día
que temo” no “si temo”. “Dar
lugar al temor” no significa que nunca tengas miedo. Significa, “no ser aterrorizado por ningún
terror”. El miedo es una emoción humana normal,
diseñada por Dios para alertarnos del peligro, y así actuar en nuestra defensa.
Sin embargo, el miedo repentino puede
causar que nos aterroricemos. Las
mujeres son vulnerables al pánico y la histeria. Dios lo sabe. ¿Qué es lo que dice el salmista que debemos
hacer cuando tenemos miedo?
4. De regreso a 1ª
Pedro 3:3-6, la frase “… en otro tiempo aquellas santas mujeres” incluye
a las mujeres que estudiaremos este semestre. De este pasaje ¿cómo evitaban ellas “dejarse
llevar por el miedo”?
Mudándose de casa (a los 65
años)…
5. Lee Génesis
11:27-12:9. Describe a Sara y sus
circunstancias en la vida durante este tiempo. [NOTA: Aunque ellos son llamados Abram y Sarai
en los primeros pasajes, en pro de la consistencia, usaremos los nombres de
“Abraham” y “Sara” (nombres que les fueron dados por Dios posteriormente) a lo largo de esta lección.]
6. Descubrimientos más
profundos (opcional): Investiga lo que era la ciudad de Ur, para enterarte
de lo que Sara dejó voluntariamente.
7. La esterilidad para
una mujer en los tiempos de Sara, era algo muy doloroso. Los hijos, en particular, eran necesarios para
continuar el nombre de la familia y los medios de subsistencia. ¿Cómo piensas que la esterilidad de Sara haya
afectado sus sentimientos de seguridad (particularmente con Abraham) y su valoración
(su estatus en la sociedad)?
8. Lee Génesis
12:10-13:2. ¿Por qué crees que Sara
estuvo de acuerdo con el plan de Abraham cuando le dijo “Diles que eres mi
hermana”?