REFLEXIÓN VIERNES 11 DE SEPTIEMBRE DE 2015.
“Si amáis a los que os aman, ¿qué mérito tenéis? Porque también los pecadores aman a los que los aman. “ Lucas 6:32.
Es cierto que en la vida diaria hemos de encontrarnos personas difíciles. Pero, Dios anhela que, en nuestro corazón, amemos a los demás y que mostremos nuestra amabilidad con todos. No solo con los que sabemos que nos aman, sino con todos aquellos que a nuestro paso encontremos. Por eso nos confronta con su Palabra: “Si amáis a los que os aman, ¿qué mérito tenéis? Porque también los pecadores aman a los que los aman.“Lucas 6:32.
Es un desafío diario para cada uno de nosotros. Si hablamos del amor de Dios extendido hacia nosotros, a través de su Amado Hijo Jesucristo, lo mínimo que podemos hacer es mostrar, con nuestra propia vida, la bondad de nuestro Señor Jesucristo, con actos de amor, de amabilidad y de auxilio a los demás, en dondequiera que estemos y en todo lo que hagamos, para que no nos apliquen el refrán popular que dice: -El cura predica pero no aplica-.
-Haz todo el bien que puedas a todos los que a tu paso te encuentres. Y si no está en tu mano y en tu corazón hacerles el bien, tampoco les causes daño.- Este sencillo consejo marca vidas y, de hecho, también puede marcar y transformar la tuya y la mía. Un buen consejo que todos deberíamos poner en práctica ó, como dicen las sabias abuelas: -Una buena terapia diaria es hacer el bien que puedas, por todos los medios que puedas, en todo momento, en todo lugar y todo el tiempo que puedas, porque esto agrada a nuestro Dios.
¿Convives con personas difíciles de soportar, tal vez fastidiosas, ruidosas y egoístas? Bueno, eso no implica que les niegues tu amor, tu comprensión y tu amabilidad. “Más bien, sean bondadosos y compasivos unos con otros, y perdónense mutuamente, así como Dios los perdonó a ustedes en Cristo.” Efesios 4:32.
ORACIÓN
“Soberano Dios y Padre Celestial: “Tu gracia está sobre mí y tu providencia me sustenta. Gracias porque soy hechura de tu mano preciosa, creado en Cristo Jesús para que mis acciones diarias honren tú precioso nombre, en todo tiempo y en todo lugar. El hacer tu voluntad me ha agradado, Dios Altísimo, Ayúdame a ser obediente y a estar preparado para toda buena obra. Pon en mí un corazón compasivo, fraterno, misericordioso y un espíritu humilde y perdonador, en el glorioso y poderoso nombre de mi Señor Jesucristo.” Amén y Amén.
¡FELIZ FIN DE SEMANA!
ARBEY SERNA ORTIZ