Cuando abrí los ojos escuché mi alma sollozar.
¿Qué es lo que te duele? Pregunte.
¿Quién te ha lastimado?.....
Y lágrimas con prisa corrieron,
lanzándose a morir en mi almohada.
Desafiando a mis ojos cerrados,
Se hicieron tormenta e inundaron mi cuarto;
Y con un grito desesperado,
Nadé hacia la superficie
De este mar de llanto.
Y a lo lejos vi una pequeña barca,
Y a un hombre que en ella dormía plácido,
Y le dije: ¡Despierta!
¿Qué no oyes que mi alma está llorando?
Le grité: ¡Mírame!
Que en mis lágrimas me estoy ahogando,
Le rogué:
¡Ayúdame! Si estas dormido despierta,
Porque estoy solo en la tormenta,
Y mi alma no deja de llorar...
Y el hombre abrió los ojos
Extendió su mano, me subió a su barca,
Se puso de pie y con voz tierna, serena y sincera,
Le dijo a mi alma:
¡Calma!
Porque no hay tristeza sin razón,
Hoy lloras por las heridas,
Que quedaron escondidas,
¡Calma!
Enmudece, tormenta de dolor,
Las lágrimas sacaron
Los recuerdos que quedaron
Enterrados en tu corazón.
Pero he llegado Yo a traerte la paz,
A regalarte alegría
Para que ya no llores más.