REFLEXIÓN UNA VENTANA AL CIELO
VIERNES 22 DE ENERO DE 2016.
“Tú has visto mi sufrimiento, has recogido mis lágrimas. ¿Acaso no tienes todo eso registrado en tu libro? Mis enemigos huirán cuando yo pida tu ayuda. Yo sé que Dios está de mi parte. Alabo a Dios por su promesa, alabo al SEÑOR por la promesa que me hizo.”Salmo 56: 8-9.
¿Quién no ha pasado por diferentes tipos de sufrimiento? Razón tienen los abuelos cuando dicen que vivir solos sin Dios, los pasos por esta vida son un completo valle de lágrimas. ¿En dónde ó en quien te refugias cuando vienen las dificultades?Muchos corren de un lado a otro, buscando una mano amiga que les brinde protección. Se olvidan de mirar primero a lo alto para contemplar la grandeza, la majestuosidad y misericordia del Dios que todo lo puede y que todo lo ve.
Cuando lleguen las adversidades y problemas, qué bueno que desde lo profundo de nuestro corazón y mirando a lo alto, podamos expresar: “Dios mío, mi corazón está firme. He tomado una decisión: Te cantaré y alabaré, independientemente de mis circunstancias, porque tuyos son el poder y la gloria y tu mano me sostiene. Una cosa es caminar prendido de la mano del Dios Altísimo y otra muy diferente es el caminar apoyados en nuestras propias fuerzas. ¿En quién te apoyas cuando vienen las dificultades?
Nada de lo que nos sucede escapa a la mirada de nuestro Padre Celestial “Tú has visto mi sufrimiento, has recogido mis lágrimas. ¿Acaso no tienes todo eso registrado en tu libro? Él tiene un recipiente para nuestras lágrimas y un libro en el que registra todos nuestros hechos. Él contempla nuestras lágrimas, se duele con nuestras tristezas y cuando en Él nos refugiamos, extiende su mano bondadosa para levantarnos y sostenernos. Dios, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo pelea todas nuestras batallas.
Mira a lo alto y refúgiate en el Dios Altísimo, los que a Él miran son alumbrados y sus rostros jamás serán avergonzados.
ORACIÓN
“Soberano Dios y Padre Celestial: Mi confianza está en ti. Busco protección bajo tus alas hasta que pase el peligro. Te pido ayuda, oh Dios Altísimo, porque tú me proteges; desde el cielo me ayudas y me salvas, vences a los que me atacan; me envías tu fiel amor y lealtad. Tu ferviente amor es tan grande que llega hasta el cielo, y tu fidelidad llega hasta las nubes. Tu gloria cubre toda la tierra, en el precioso y poderoso nombre de Nuestro Señor Jesucristo.” Amén y Amén.
-FELIZ FIN DE SEMANA-
ARBEY SERNA ORTIZ