REFLEXIÓN VIERNES 1º. DE ABRIL DE 2016.
“Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el primero y grande mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.” Mateo 22:37-39.
Si alguien nos pregunta cuales son los diez mandamientos dados por Dios, de pronto algunos de nosotros, como dicen los muchachos en la escuela, pasamos raspaditos el examen. Jesús, conociendo lo olvidadizos que somos y, ante una pregunta para tentarlo, formulada por los Escribas y Fariseos que eran conocedores de la Ley, resumió los mandamientos de la Ley de Dios en dos: “Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el primero y grande mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.” Mateo 22:37-39.
Nos confronta Dios con las cosas que Él sabe que podemos darle y que, además, podemos extender a nuestro prójimo. Bien puedo yo preguntarme ¿De verdad amo yo al Dios Altísimo con todo mi corazón y con toda mi alma y asimismo, amo, respeto y trato a mi prójimo como quiero yo que los demás me traten a mí? ¿Qué le estoy dando a Dios? ¿Qué le doy a mi prójimo?
Es curioso, pero queremos que Dios nos conceda todo lo que pedimos, pero, por otra parte, NO queremos dar nada a Él. Le pedimos, casi exigiendo, pero no nos exigimos a nosotros mismos, para vivir una vida más agradable ante su presencia. En la mayoría de nosotros se aplica el refrán popular: -Muy buenos para pedir, pero muy malos para dar.-
Materialmente nada podemos darle a Dios que Él necesite. Lo que Él espera recibir de nosotros es un corazón que le adore con sinceridad y un anhelo vehemente de exaltarlo cada instante en toda su grandeza, su poder y su gloria. Adicionalmente, espera que ayudemos a otros a encontrar ese único camino hacia Él: -Su Amado Hijo Jesucristo.- ¿Qué cosas debes mejorar en tu vida? Solo tú lo sabes y la decisión de cambiar es tuya.
ORACION
“Amado Dios y Padre Celestial: Abre mis ojos y hazme ver lo maravillosas que son tus enseñanzas. Enséñame a vivir cada día con un corazón agradecido contigo, por las innumerables bendiciones recibidas de tu mano. Ayúdame a ser mejor adorador tuyo, mejor esposo, mejor padre, mejor hijo y amigo y, ante todo, a ser mejor hijo tuyo. Gracias porque me permites acercarme a ti con corazón humilde y sincero. Gracias porque cada día propicias el tiempo para adorarte, exaltarte y glorificar tu nombre, reconociendo tu poder y tu infinita bondad, extendida sobre mí y sobre todos aquellos que me rodean, en el glorioso nombre de nuestro Señor Jesucristo, que vive y reina por los siglos de los siglos.” Amén y Amén.
¡FELIZ FIN DE SEMANA!
ARBEY SERNA ORTIZ