Miqueas 4:1 - 5
"¿Qué Dios como Tú, que proclamas juicio
futuro por pecados pasados?"
Quien como Dios para proclamar sus juicios, recordemos las tres alertas en el cap:3.
Habíamos dicho que
Miqueas significa, quien como Dios.
Esto lo encontramos en
los capítulos 4 y 5: Hay declaraciones
de juicio, lo más importante es la luz gloriosa, que de vez en cuando era
cubierta por una nube pasajera que tapaba la luz del sol.
Profecía para los últimos tiempos
Encontramos en el
versículo 1 del cap.4
"Acontecerá en los
postreros tiempos que el monte de la casa del Señor será establecido por
cabecera de montes, y más alto que los collados, y correrán a correrán a él los pueblos.
El profeta
Miqueas fue contemporáneo del profeta Isaías y que la escritura y las profecías
eran muy similares. En el capítulo 4:1 el versículo uno establece un contraste
con el último versículo del capítulo 3 que estudiamos en Miqueas 3:12
3:12 Por tanto, a causa de vosotros Sion será arada como campo, y Jerusalén vendrá a ser montones de ruinas, y el monte de la casa como cumbres de bosque. Habla de la destrucción de Jerusalem en los tiempos de Nabucodonosor
4:1 Acontecerá en los postreros tiempos que el monte de la casa de
Jehová será establecido por cabecera de montes, y más alto que los collados, y
correrán a él los pueblos.
Jeremias 26:18
"Por tanto, a
causa de vosotros Sion será arada como campo y Jerusalén vendrá a ser montones
de ruinas, y el monte de la casa como cumbres de bosque."
El profeta Jeremías en el versículo 26:18, confirma esta
profecía de Miqueas. El cumplimiento de la profecía tuvo lugar durante la época
del rey Nabucodonosor que sitió y destruyó a Jerusalén. Se puede leer sobre
esto también en el libro de Nehemías ya que cuando volvió a Jerusalén,
descubrió que toda la ciudad estaba en ruinas. En el año 70, Jerusalén fue
arrasada totalmente por el ejército romano liderado por Tito.
Lo que nos dice el
capítulo 4, en la primera parte, es "Acontecerá en los postreros
tiempos". Miqueas está hablando más allá en el tiempo que la destrucción
de la ciudad de Jerusalén por Nabucodonosor, y la destrucción por Tito, tanto
más allá que habla de los días
postreros.
Esta frase "postreros tiempos" se utilizó en el
Antiguo Testamento con un significado muy definido. El Señor Jesucristo lo
identificó y lo llamó el "período de la Gran Tribulación", de los
últimos tiempos. "Acontecerá en los postreros tiempos".
Miqueas 4:1
"Acontecerá en los
postreros tiempos que el monte de la casa del Señor será establecido por
cabecera de montes, y más alto que los collados, y correrán a él los
pueblos."
En el capítulo 2 del profeta Isaías, la palabra
"montaña" o "monte" se usó literalmente, pero también en un
sentido figurado, simbólico. La ciudad de Jerusalén está situada
geográficamente, y siempre lo estuvo, sobre un monte. Miqueas estaba hablando
de Jerusalén, y allí se encontrará el centro del reino del milenio. Jerusalén
será la capital de la Tierra. Todavía no se ha cumplido la profecía de Miqueas,
será cuando se cumpla la llegada del Mesías, en su Segunda Venida a esta
Tierra.
Miqueas 4:2:
"Vendrán muchas
naciones, y dirán: Venid, y subamos al monte del Señor y a la casa del Dios de
Jacob; y nos enseñará en sus caminos, y andaremos por sus veredas; porque de
Sion saldrá la ley, y de Jerusalén la palabra del Señor."
Esta profecía tampoco ha sido cumplida todavía.
Nuevamente queremos señalar que este capítulo, como otros capítulos proféticos,
nos muestra claramente que el regreso de los judíos a la tierra de Israel es
una profecía que aun no se ha cumplido. En estos días que vivimos, las naciones
del mundo no van a Jerusalén para escuchar del Señor; ni tampoco la Palabra de
Dios sale desde Jerusalén a toda la tierra. Estamos
convencidos que todas las profecías se cumplirán, es cierto también creemos que
nos estamos acercando al fin.
En el presente,
Jerusalén no es la capital espiritual del mundo, ni la Palabra de Dios está
saliendo de Jerusalén para difundirse por todo el mundo. Algunas partes de las
profecías se han cumplido, pero no la profecía en su totalidad.
En capítulo Miqueas 4
nos dice:
"Y él juzgará
entre muchos pueblos, y corregirá a naciones poderosas hasta muy lejos; y
martillarán sus espadas para azadones, y sus lanzas para hoces"
¿De quién habló aquí el
profeta Miqueas? Miqueas se refirió al Hijo de Dios, El Señor Jesucristo. Él es
el Mesías, y Él ha prometido regresar una segunda vez a la Tierra. Esta
profecía todavía no se ha cumplido, porque Jesucristo todavía no ha regresado
pero lo hará.
"Y él juzgará
entre muchos pueblos, y corregirá a naciones poderosas hasta muy lejos" "Y martillarán sus espadas para
azadones, y sus lanzas para hoces", esta frase está escrita en el
edificio de las Naciones Unidas, pero esa entidad no ha logrado ni la paz
mundial, ni ha podido evitar el derramamiento de sangre de muchos pueblos que
intentaron salvar, o al menos defenderse de las agresiones de otros pueblos más
fuertes. Tristemente, las Naciones Unidas no han podido unir ni fortalecer los
lazos de hermandad entre las naciones, como era su proyecto inicial.
Ahora, este versículo Miqueas
4:3 anuncia:
"No alzará espada
nación contra nación, ni se ensayarán más para la guerra."
Por más que se unan las
naciones tratando de llegar a la unidad, no se logrado la paz, llegado a esta
situación de paz. Esto solamente ocurrirá cuando llegue a reinar el único y auténtico
Príncipe de Paz, Jesucristo. Mientras tanto tenemos que reconocer que aun hoy,
Él Señor no está reinando en los corazones de muchos que se dicen "cristianos".
Muchas personas piensan
que habría que reducir el armamento que los países poseen, para poder sentarse
y dialogar sobre la paz. Otros piensan que sólo las naciones importantes
deberían tener suficiente arsenal como para poder equilibrar el poder entre las
naciones; creen que eso evitaría las amenazas nucleares, y la creación de
terribles armas que solo traen destrucción todos quieren convertirse en los amos del
mundo. Se gasta mucho dinero en la
prevención de las guerras, mientras crecen el hambre y la injusticia contra las
mujeres, los niños; y las luchas contra tantas enfermedades, las de "siempre",
y las nuevas que están apareciendo.
Cuando leemos el Sermón
del Monte, en el evangelio según Mateo, capítulo 5 al 7 inclusive, el Señor se
presenta como el Rey, y nos advirtió sobre su futuro reinado en la Tierra.
Cuando Él reine, no necesitaremos ninguna protección. Podremos eliminar todas
las medidas o demás elementos de seguridad con los que protegemos nuestras
viviendas. Por supuesto estas precauciones están más que justificadas en la
actualidad, ya que la inseguridad reina en todas partes. Estamos viviendo en
esta clase de mundo. Como hemos visto, estas profecías no fueron escritas para
nuestro tiempo presente, sino para "el tiempo postrero".
Leemos
Miqueas 4:4 l
"Y se sentará cada
uno debajo de su vid y debajo de su higuera, y no habrá quien los amedrente;
porque la boca del Señor de los ejércitos lo ha hablado."
No vemos que Israel este
en paz, ni que sus habitantes viven con tranquilidad y sin preocupaciones. El miedo
está presente en la vida diaria, hay inseguridad e intranquilidad. El pueblo
hebreo es como un gigantesco ejército que sigue instrucciones militares a lo
largo de toda su vida. Y en cualquier momento, un ciudadano puede ser llamado a
ocupar su lugar en las fuerzas armadas, o sea, que la gente en Israel vive
constantemente atemorizada. Eso es cierto. Porque los israelitas no están allí
según el cumplimiento de la profecía, afirmación tajantemente concluida por la
siguiente frase del versículo que acabamos de leer: "porque la boca del
Señor de los ejércitos lo ha hablado".
Dios dijo que cuando Él
los traslade a esa tierra, será para que vivan en paz y prosperidad. En la
actualidad aun no están viviendo en paz.
Miqueas 4:5 dice:
"Aunque todos los
pueblos anden cada uno en el nombre de su dios, nosotros con todo andaremos en
el nombre del Señor, nuestro Dios eternamente y para siempre."
En el pasado, los
pueblos de la Tierra, anduvieron cada uno detrás de sus propios dioses hechos
de cualquier material, ya sea piedra de mucho valor, metales preciosos, maderas
labradas, o pinturas artísticas. Pero en el futuro que profetizó Miqueas, todos
estos pueblos que en su tiempo ignoraron y desecharon al Dios único y
verdadero, todos ellos, van a vivir en pos del Nombre del Señor, nuestro Dios.
La Iglesia gloriosa