Me
ha costado decidirme a escribir sobre este tema, seguramente me traerá
muchas enemistades de algunos de mis lectores y solicitarán la baja
inmediata, pero no puedo dejar de escribirte lo que el Señor me manda, y
yo le obedezco, prefiero esto a cualquier otra cosa. Es que la vida,
los años nos van enseñando muchas cosas, es allí donde aprendemos y
aprehendemos muchos secretos que solamente la universidad de la vida o
la de la calle nos enseña.
He
visto y aún participado del nacimiento de muchísimas empresas, las vi
avanzar desde la idea inicial, los primeros años, el ingreso al mercado y
posicionarse, pero las he visto tambalear cuando las ganancias
esperadas o la evolución programada no se alcanzaban. Allí vinieron las
peleas internas e irremediablemente he visto que sus Directivos en la
desesperación, buscaron ayudas espirituales en brujos, hechiceros,
sacerdotes esotéricos.
La
oferta que está al alcance de todos es nefasta, contraproducente para
la vida saludable y próspera de la organización, ya que la Sabiduría
Milenaria en toda su extensión la menciona como venida del mismo
diablo. Allí están entremezclados el tarot, los clarividentes, la
parapsicología, la magia blanca o negra, los iluminados y muchos
rituales para amarres, hechizos, limpiezas energéticas, liberaciones,
descargas y gurúes que realizan ayudas mientras entremezclan tus
proyectos con sus religiones afrobrasileñas. El mundo esotérico y
paranormal promociona brindar una solución a los problemas comerciales,
cosa que jamás llega.
El diablo viene solamente para robar, matar y destruir. Te
roba los sueños, las esperanzas, mata las ilusiones, los proyectos y
quiere verte destruido. Mientras Jesús explica esta lamentable
realidad, nos dice lo contrario: yo he venido para que tengan vida y para que la tengan en abundancia.
Con
estos parámetros puedes detectar ambos reinos, el del diablo y el de
Dios. Ambos tienen representantes humanos en esta bendita tierra, ambos
requieren de cultos, ambos tienen leyes internas, pero uno habla de
muerte mientras que el otro habla de vida. Uno habla de robos mientras
que el otro habla de abundancia.
“Así que sométanse a Dios, resistan al diablo y él huirá de ustedes.” Sgo.4:7.
“Para esto apareció el Hijo de Dios, para deshacer las obras del diablo.” 1ªJn 3:8
Los
hijos de Dios tenemos muchas herramientas para defendernos, para
protegernos, para avanzar y para conquistar. Solamente hay que ponerlas
en práctica. Entiendes las diferencias?
Elias Bajer (elias @ businessandswing.com)