“Sólo en Dios halla descanso mi alma; de él viene mi esperanza. Sólo él es mi roca y mi
salvación; él es mi protector y no habré de caer.”
Salmo 62:5-6.
No
sé qué momento estás atravesando hoy. Todos, en algún momento pasamos
tiempos difíciles. Quizá sientas hoy temor por la situación que estás
viviendo. De pronto el miedo se ha apoderado de tu vida, puede que
estés desesperado (a), sin embargo, mantén la calma, Dios no se ha
olvidado de ti, Él está ahí dirigiendo tu vida, esperando el momento indicado para actuar, porque Él ha prometido actuar a tu favor.
Aunque
parezca que el mundo se nos ha venido encima, no te asustes, solo
confía en SEÑOR. Las derrotas y las frustraciones tratan de doblegarnos,
pero es Dios quien nos da las fuerzas para vencer. “Sólo en Dios halla descanso mi alma; de él viene
mi esperanza. Sólo él es mi roca y mi salvación; él es mi protector y no habré de caer.”
Salmo 62:5-6.
En las circunstancias difíciles que a veces tenemos que
afrontar, tenemos dos opciones:
Desesperarnos y abatirnos ó simplemente confiar plenamente en la
poderosa mano de Dios, que nos levanta, nos sostiene y nos sustenta, Él
“Transforma el desierto en estanque de aguas, y la tierra seca en manantiales”
Salmos 107:35.
Cuando
reconocemos que Dios puede gobernar nuestras situaciones y le abrimos
las puertas de nuestro ser, de seguro que, aunque nuestro alrededor
esté poblado de sombras, la alegría, el optimismo y la esperanza
brotarán de nuestro ser, como una fuente inagotable.
“Él es mi protector y no habré de caer”
A su lado no hay que temer, solo confiar, porque Él no defrauda a los que en Él confían.
“Ábrele tu corazón cuando estés ante Él. ¡Dios es nuestro refugio!”
Salmo 62:8b.
ORACION
“Soberano
Dios y Padre Celestial: Tú conoces mis circunstancias, conoces mi
corazón y nada de lo mío te es ajeno, pero, aunque un ejército acampe
contra mí, no temerá mi corazón porque eres mi
salvación y mi gloria; eres la roca que me fortalece; mi refugio está
en Ti. Aunque las circunstancias traten de doblegarme, tú me das
las fuerzas para vencer. Eres mi fuerza y mi poderoso libertador, no
resbalaré, no vacilaré, tu mano me sostiene. Tú peleas todas mis
batallas y en la sombra de tus alas me amparo, en el glorioso y poderoso
nombre de nuestro SEÑOR JESUCRISTO.” Amén y Amén.
¡FELIZ FIN DE SEMANA!
ARBEY SERNA ORTIZ