Hola a todos. Me pareció interesante esta reflexión sobre la necesidad de arrodillarse. En esta posición nos sometemos voluntariamente a nuestro Señor, completamente indefensos y mostrando corporalmente nuestra actitud de entrega en adoración .
Orad sin cesar. 1 Tesalonicenses 5:17
Un extraño fenómeno se extendió por la Estación Union en Washington, en la mañana del 6 de junio de 1944. No se hizo ningún anuncio por los altoparlantes. Nadie dijo nada en voz alta. Pero de repente el rumor y ajetreo de miles de personas que cruzaban de lado a lado la enorme terminal se convirtió en un momento calmado de silencio y quietud. Una persona tras otra cayeron de rodillas, plegaron sus manos y elevaron una oración. Pocos minutos más tarde, el fenómeno pasó, la gente volvió a ponerse de pie y se apresuró a sus trenes o taxis. ¿Qué fue lo que sucedió? Era el Día D, y las noticias de la invasión se regaron de persona a persona. Todos sintieron la necesidad de oración.
Un deportista hace poco volvió a popularizar el hábito de arrodillarse en oración. Muchos de los personajes bíblicos se arrodillaban cuando oraban; no siempre, pero a veces. Y arrodillarse es un hábito santo que representa nuestra reverencia al Señor.
Pero sea que nos arrodillémonos literal o figuradamente, nuestros corazones siempre deben estar en actitud de oración. Podemos orar en todo momento, en medio del ajetreo y rumor de la vida. Incluso ahora.
Pr. David Jeremiah