Recordando con melancolía el pasado
Por
alguna extraña razón he notado que la mayoría de nosotros contamos el
pasado como grandes momentos en donde fuimos muy buenos para todo.
Es
normal escuchar típicas frases haciendo alusión al pasado:
"Yo antes,
oraba dos horas diarias",
"Cuando era joven servia en todos los
Ministerios de la Iglesia",
"Hace diez años yo andaba casa por casa
evangelizando",
"Cuando yo era mas joven predicaba en los parques e iba a
las cárceles a llevarles el mensaje a los presos",
"Recuerdo como me
gustaba enseñar a los niños, disfrutaba esos momentos",
"Yo fui líder de jóvenes",
etc...
Estas y muchas otras frases son muy común de escuchar
entre personas que comentan que en su pasado hacían esto o aquello, o
eran de esta forma o de otra, pero la mayoría de personas que comentan
estas experiencias o vivencias tienen algo en común: Hoy en día todo es diferente.
Y
es que nos pasa a todos. Todos al recordar algún momento bonito del
pasado nos damos cuenta lo bueno que eramos, lo responsable, lo
comprometidos con Dios o lo espiritual que eramos en otros tiempos y al
compararlo con el día de hoy a veces no comprendemos como llegamos a
cambiar tanto.
Y
es que a todos nos cuesta ser constantes, a todos nos cuesta
mantenernos en cierto nivel, y es que lo difícil no es llegar arriba,
lo difícil es mantenerse allí arriba sin bajar.
La
vida cristiana no se vive recordando grandes hazañas del pasado, sino
haciendo nuevas hazañas cada día. Si nosotros nos acomodamos a que un
día fuimos o hicimos esto o aquello, entonces no tendremos motivación
para hacer algo hoy que es el que realmente vale.
Cada
día es un nuevo día para escribir una nueva historia, cada día es un
nuevo día para aprender, para ser humildes, para vivir con pasión, para
recordar de donde Dios nos saco y hacia donde vamos. Cada día es un
nuevo día para no recordar con melancolía el pasado, sino para hacer de
nuestro presente algo que realmente valga la pena.
Quizá
tu seas una de las personas que en algún tiempo fueron o hicieron cosas
lindas para el Señor, quizá tenias una relación personal con Dios
hermosa, orabas mucho, leías mucho la Biblia, te gozabas alabándolo,
sirviéndole, haciendo cosas para Dios, te deleitabas escuchando la
Palabra de Dios, llorabas en su presencia, te quebrantabas fácilmente,
pero hoy en día quizá todo es diferente y solo recuerdas con melancolía
el pasado hermoso que tuviste, mas en esta hora quiero motivarte a
hacer de tu presente una nueva historia, a vivir cada día como que si
fuera el ultimo, a revivir aquella pasión que un día existió en tu
corazón por Dios.
Ya no es tiempo de solamente recordar los buenos momentos, es tiempo de VIVIRLOS NUEVAMENTE,
es momento de dejar la comodidad en la que te has sumergido y comenzar a
ser esa sierva o ese siervo del Señor que no lo detenía nada ni nadie
para hacer la obra de Dios y cumplir su propósito en vuestras vidas.
Tienes
que despertar Tienes que activar nuevamente tu vida Es tiempo de
comenzar nuevamente a forjar aquella vida devocional, es tiempo de
comenzar a buscar a Dios nuevamente como se lo merece, es momento de
ser realmente hijos suyos que lo busquen, que lo amen y que dependan
totalmente de El.
Ya no recuerdes con melancolía tu pasado, al contrario, vive tu presente de una forma en la que Dios se sienta orgulloso de ti.
Deja
la comodidad que lo único que hace en tu vida es alejarte poco a poco
de Dios y comienza a buscar a Dios como sabes bien que debes buscarlo,
porque DIOS HARÁ GRANDES COSAS CONTIGO.
Tu tiempo no paso, tu tiempo es AHORA
Vuelve ahora en amistad con El, y tendrás paz;
Y por ello te vendrá bien. Job 22:21
ENRIQUE MONTERROZA