La Biblia es un libro de comunicación de dos vías, por un lado nos muestra la historia de un Dios que se revela al hombre con un plan para rescatarlo y por otro lado nos cuenta la historia de hombres en su búsqueda por hallar a Dios.
Hombres que marcaron el lugar donde estaban.
Hombres que dejaron huellas para que otros sigan.
Hombres que traían lo divino a lo terrenal.
Hombres que se abandonaron a sí mismo para revelar a Dios.
La Biblia nos permite saber que esos hombres eran como nosotros, llenos de debilidades, errores e imperfecciones pero que tenían un deseo irrevocable de buscar a Dios, entonces esos hombres se convierten en una fuente de inspiración para nosotros.
Si pensáramos en una carrera es como que ellos ya llegaron a la meta y ahora con su testimonio nos están alentando a que los imitemos y no abandonemos la carrera por seguir a Jesús, asi lo dice el autor del libro de Hebreos:
Hebreos 12:1 Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante. 2 puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios.
Sin duda estos grandes hombres de Dios son para nosotros una nube de testigos, nos marcan un nivel que no podemos bajar, se convierten en una inspiración para nosotros, con su testimonio nos están diciendo: “nosotros llegamos y también ustedes pueden lograrlo”.
Todos ellos tocaron a Dios para tocar la gente, la espiritualidad no puede quedar encerrada en un monasterio, las experiencias espirituales deben materializarse en bendición para los que nos rodean.
Cómo eran estos hombres que impactaron el mundo que vivieron?
Lo entregaron todo para tenerlo a Dios, no se dejaron atar a nada, solo dependían de Dios. Ellos hicieron a Dios su prioridad de vida, El se constituyó en lo mas importante para ellos.
Estuvieron dispuestos a rendirlo todo, en el evangelio de Lucas en el capítulo 5 dice que un grupo de pescadores que acaban ver una pesca milagrosa “dejándolo todo le seguían”.
Estuvieron dispuestos a Renunciar a todo para recibir lo de Dios
Fueron hombres que obedecían la voz de Dios; el Padre Nuestro reza para reclamar que la atmosfera del cielo se recree en la tierra “Hágase tu voluntad” “Venga tu Reino”, el Reino no puede venir si la voluntad no se hace.
El Reino se manifiesta donde hay corazones rendidos a hacer su voluntad
Estos hombres dependían del Espíritu Santo, era como que siempre estaban abiertos para el cielo, llegaron a comprender la realidad espiritual y hacer de esto su prioridad, cada vez que respondemos a su voz nos hacemos más sensibles a El, cada vez que desoímos su voz nos endurecemos a su oír.
“Cultivar la vida espiritual nos permite acercarnos a Dios”
Dios no es el que marca la distancia para con el hombre, no es que El este mas cerca de unos que de otros, no depende de Dios, depende de cada uno de nosotros
La Biblia nos dice: Santiago 4:8 Acercaos a Dios, y él se acercará a vosotros
Nosotros marcamos la distancia e intensidad en la relación.
Estos hombres compartían el Reino de los Cielos en el lugar donde estaban, cuando aceptamos a Jesús en nuestros corazones estamos trayendo el cielo a nuestros corazones, luego la expectativa de Dios es que abramos nuestros corazones para que ese cielo inunde el lugar donde nos desenvolvemos, que nuestra vida sea una luz para los que nos rodean, que como dice Jesús en los evangelios podamos ser sal y luz para este mundo
Ellos estaban para afectar el mundo que les toco vivir, estaban convencidos que lo iban a transformar todo. Cuando los discípulos llegaron a la ciudad de tesalónica dijeron sus habitantes de ellos: “Estos que trastornan el mundo entero también han venido acá”. Hechos 17:6b.
Ese es el espíritu que debe estar en nosotros, vamos a transformar nuestro barrio, nuestra ciudad, nuestra Nación.
Ahora sabemos que estamos en esta vida porque Dios nos ha traído para transformar este mundo, para traer el cielo a la tierra.
OSVALDO CARNIVAL