Gracias Padre por haberme acompañado en este tiempo difícil para mi, por fortalecerme y sobretodo por bendecirme con tu paz, la que ha llenado mi corazón y me levantó en victoria.
Me he presentado a la batalla, con la certeza de que Dios está conmigo como poderoso gigante y fuí armada con la armadura de la fe y segura de que si yo depositaba mi problema en sus manos, yo solamente debía estar allí y de lo demás El se encargaría y así fue. Todo fue guiado por Dios. Estuve muy tranquila y confiada, tenía la certeza de Su Presencia a mi lado, fue así como El Señor me levantó en victoria una vez más. Mi familia como siempre alrededor y no se movieron hasta que yo salí, contaba tambien con la oración de muchos hermanos de todas partes que me cubrían oración.
Tuve y tengo mucha paz, la paz de Cristo cubriéndome en todo momento. No he tenido ni siquiera un mareo, ningún efecto secundario de los que anunciaron los médicos. Volvimos del hospital, nos sentamos tranquilamente a conversar y a tomar tereré tranquilamente muy agradecidos a Dios. Maravilloso es el amor que Dios nos da, nos cubre y nos sostiene. ¡Fiel es Dios! Gloria sea a Él.
Gracias Señor por la oración que mis hermanos hacen en este lugar, rogándote por mi salud.
Gracias por mostrarme tu amor a través de sus vidas.
Gracias queridos hermanos por sus oraciones, solo quería agradecerles por su afecto y sobretodo por sostenerme en oración, tambien extiendo a Luisa y a Adriana el agradecimiento por cubrirme en oración. Ciertamente Fiel es Dios. El Señor les bendiga muchísimo! Araceli