¡Gracias...muchas gracias hermanos. Las paredes del hospital se hacían eco de sus oraciones y me las hacían llegar hasta en los
momentos más duros. Nunca me sentí solo. Sé que mucha gente de distintas comunidades oró por mí, y El Señor me lleva en su palma.
Agradezco también los mensajes que hoy estoy leyendo y les mando un gran abrazo en Cristo. Una y otra vez le ofrecí al Señor mis pobres dolores por la hermana Araceli. Espero que Él los haya aceptado.
Si Dios lo permite, pronto me volveré a comunicar.
Que alegría hermano, cuanto me alegra tener noticias suyas! Gracias tambien por sus oraciones y las de Luisa a mi favor, en muchos sitios se esta orando por mi, Dios está respondiendo, seguimos en oración. Mis cariños a su esposa, ya estaremos conversando pronto telefónicamente. Dios es fiel y responde la oración de sus hijos! Bendiciones!! Araceli