REFLEXIÓN UNA VENTANA AL CIELO VIERNES 10 DE MARZO DE 2017.
“El SEÑOR te dirigirá, estará contigo y no te dejará ni te olvidará. No tengas miedo ni te amedrentes.” Deuteronomio 31:8.
¿Quién no se siente un poco desorientado cuando se presentan problemas familiares, financieros, de salud, etc., que no sabemos cómo resolver? ¿Quién, en casos semejantes, no ha sentido la soledad, el desánimo y, de pronto, frustración por no tener la inmediata solución a esa dificultad? El Dios Altísimo, que es fiel a lo que promete, sin interesar la situación que estamos afrontando, nos acompaña y nos dirige.
Para muchos que dudan de esa permanente presencia de Dios en sus vidas, dirán que sus problemas se solucionaron porque son muy suertudos ó adjudicarán la solución a los azares de la vida y a sus propios esfuerzos. Se olvidan de la mano que hizo que esas dificultades desparecieran. Es Dios que toma siempre nuestros problemas y nos ayuda a resolverlos, Él comparte con nosotros nuestros sufrimientos.
Cuantas veces, con inmensa tristeza en nuestra alma y con tantos problemas diarios que debemos afrontar, llegamos a los pies del Padre Celestial y, de repente, sentimos como si un bálsamo de amor fuese derramado en nuestro corazón. Viene sobre nosotros esa paz inexplicable que invade todo nuestro ser. No lo dudes, ni un instante, Es Dios brindándote consuelo, dándote esperanza y compartiendo su amor en tu caminar diario.
No fue casualidad cuando fuiste salvado de ser atropellado por un vehículo ó asaltado al ir de regreso a casa ó salvado de tomar una mala decisión. Fue Dios quien te guardó, en su bondad y amor. Él siempre nos cuida, aunque algunos no se den cuenta de ello. “El SEÑOR te dirigirá, estará contigo y no te dejará ni te olvidará. No tengas miedo ni te amedrentes.” Deuteronomio 31:8.
¿Miraste hoy al cielo y encomendaste al Altísimo tus pensamientos, tus sentimientos y cada uno de tus pasos?
ORACION
“Soberano Dios y Padre Celestial: Gracias porque siempre me acompañas, me cuidas, me escuchas y respondes a mis oraciones. Solo tú me conoces de verdad y me amas con infinito amor; sobre mi extiendes tu misericordia. Gracias Dios mío, por el cuidado que me das; gracias por tomarme de la mano y cubrirme con tus alas, bajo ellas hallo refugio; tu fidelidad es mi escudo. Gracias porque siempre vas delante de mí, no me dejas ni me desamparas y quitas de mi todo temor. Alabo, exalto y glorifico tu nombre infinitamente Santo, en el poderoso y glorioso nombre de mi Señor Jesucristo.” Amén y Amén.
”FELIZ FIN DE SEMANA”
ARBEY SERNA ORTIZ