REFLEXIÓN VIERNES 31 DE MARZO DE 2017
“Claman los justos, y el SEÑOR los oye, y los libra de todas sus angustias” Salmo 34:17.
¿Quién, en alguna ocasión, al no recibir una respuesta inmediata a una petición de carácter económico, físico ó espiritual, no se ha cuestionado preguntándose si de verdad Dios lo escucha ó no? Dice la Escritura que: “El SEÑOR está cerca de todos los que lo buscan sinceramente.” Salmo 145: 18. El Altísimo conoce nuestro corazón y sabe de la sinceridad de nuestra petición. Él concede los deseos de los que lo respetan, escucha sus peticiones de ayuda y los salva.
El Dios y Padre Celestial, nos promete que escucha a todo aquel que, con corazón arrepentido y sincero, se acerca a Él, en el nombre de su amado Hijo JESUCRISTO. Sin embargo, nuestro reloj no es el mismo de Dios. Nosotros queremos respuestas ya, de inmediato, pero, es probable que Él está esperando el tiempo preciso y justo, para mostrar toda su gloria, en medio de esa tormenta familiar, sentimental, espiritual, financiera ó de salud, etc., que estamos viviendo. Él es Todopoderoso, arriba en el cielo y aquí en la tierra.
Su respuesta, a nuestras peticiones, puede ser inmediata ó, de pronto, se tarda un día, dos días, unos meses ó, incluso, años. Debemos, pues, orar siempre sin desmayar, creyendo que recibiremos la respuesta a nuestras necesidades en el momento justo, confiados en que recogeremos del Altísimo, mucho más abundantemente de lo que hemos pedido. Nuestro Dios oye, actúa y se glorifica en esas penosas circunstancias que nos afligen.
¿Qué respuesta estás esperando a esa situación que te aflige ó perturba? Entrega, esa carga al SEÑOR y permítele actuar conforme a su voluntad y propósitos. Lo que Él hace es: …PERFECTO.
ORACIÓN
“Soberano Dios y Padre Celestial: ”Gracias porque tu oído está atento a mi oración. Gracias porque tu sanas los quebrantos de mi corazón y vendas todas mis heridas. Gracias porque eres el Dios de los imposibles. Enséñame a esperar en ti y a confiar que, independientemente de mis afanes, te glorificas en el momento justo y adecuado para edificar mi vida. Conoces bien mis problemas y antes de que clame a ti, me respondes; aún está la palabra en mi boca y tú ya la sabes. A ti clamo y me libras de todas mis angustias, infinito es tu conocimiento, solo tú eres digno de ser alabado y exaltado, en gran manera, en el glorioso y poderoso nombre de mi Señor Jesucristo.” Amén y Amén.
¡FELIZ FIN DE SEMANA!
ARBEY SERNA ORTIZ