Tristeza
Un día muy triste sufrí y perdí mucho.
Entonces, lloré muy amargamente.
Aprecié mucho cuanto me fue dado.
Amor, consuelo, fortaleza y paz.
Dios me rodeó con sus fuertes brazos
Mi familia me abrazó con los suyos,
Hermosos recuerdos llenaron mi alma.
Una etapa muy difícil comenzaba…
Fue cuando descubrí cuanto tenía.
Comprendí que me rodeaba mucho amor,
que nunca debería sentirme sola.
Incliné mi cabeza y agradecí, mucho...
¿Comprendes esto? Cuando nos centramos en nuestros problemas, sufrimientos o angustia, cerramos la puerta de la gratitud a Dios. En todo momento Él está a nuestro lado para darnos fuerzas. En ocasiones, no sabemos cómo es que nos sostenemos en pie. La razón es que el Señor está abrazándonos, sustentando nuestra vida y nuestro espíritu con su poder y amor, sobre todo para darnos paz, que es lo que más necesitamos.
Filipenses 4:6-7 nos dice:
“Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús”
Pueden faltarnos muchas cosas y nos sobreponemos, pero frente a la partida de un ser querido la desesperación es tal que puede llevarnos al caos, la pérdida de la fe y a un fuerte desmoronamiento físico y emocional. No debemos dejar que nos venza la desesperación. Dios nos ofrece su consuelo y fortaleza interior en medio de la crisis, no nos dejará solos. Estará a nuestro lado, aunque posiblemente nos cueste verlo debido a la congoja y el dolor. Sin embargo, ese será un momento especial y oportuno para buscarle con todo el alma. No dudes en presentar a Él tu necesidad con humildad de corazón, a pesar de no entenderlo todo, Dios dará descanso a tu alma dolorida.
Como mencioné antes, cuando Dios nos revela su amor y compañía tomamos conciencia de todo cuanto Dios nos ha dado, de lo que hemos recibido y disfrutado, del acompañamiento que nos dio a través de cada persona que estuvo o está a nuestro lado bendiciéndonos con su cuidado. Este también es un momento para lograr reconocer el amor recibido de quienes dejaron en nosotros huellas imborrables y nos prodigaron su afecto. No olvidemos tener presente cuanto hemos sido bendecidos por Dios a través de las vidas de quienes están y estuvieron cerca de nosotros.
Hay mucho para agradecer. Si comenzamos a hacerlo veremos que la pena empieza a menguar y tendremos otro panorama de lo que estamos viviendo. Al presentar nuestras peticiones ante el Trono de Dios, Él se acerca a nosotros, renueva nuestras fuerzas, nos trae paz mientras nuestra gratitud sube hacia Él, llenando su trono de alabanza. Dios bendiga abundantemente tu vida hoy para que tengas sosiego en medio de la tormenta o de la crisis que estés atravesando. Te dejo este versículo bíblico para que lo tengas presente en el momento en que lo necesites.
Filipenses 4:7
“Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús”
Agradece a Dios que te consuela y te abraza a través de muchos brazos. Dios pone a tu lado personas que te acompañan y quieren verte bien, son aquellas que Dios ha puesto a tu lado. Manifiéstales tu cariño. Ellos son instrumentos en las manos de Dios para bendecirte y fortalecerte.
Araceli 


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