“Pero al que obra, no se le cuenta el salario como gracia, sino como deuda.” Romanos 4:4.
Un refrán popular de los abuelos y que deberíamos cumplir al pie de la letra es: -Al que trabaja se le paga su salario-. Cuando contratamos a alguien para que realice un trabajo, no se le toma el salario como un favor, si no como una deuda. El empleador, efectivamente, le debe ese dinero al trabajador, porque el realizó su trabajo.
En un mundo como el nuestro donde hay tantas dificultades económicas, todos, querámoslo ó no, estamos a la expectativa esperando el día del pago como fruto de nuestro trabajo. Unos quincenal, otros mensual, pero todos anhelamos ese día en el cual nos cancelan el salario que nos permite, no solo proveer para nuestros hogares, sino también para cumplir con nuestros compromisos crediticios.
No es lógico ver a alguien el día de pago recibir su cheque bien ganado, totalmente merecido por su esfuerzo y que le diga a su patrón gracias por este regalo inmerecido ¿Cómo podré agradecérselo? De seguro ese empleador se desmayaría del susto por estar al lado de alguien anormal. ¿Por qué se asustaría su patrón? Simplemente porque ese dinero no es un obsequio, usted se lo merece porque lo ha trabajado, es fruto de su esfuerzo. “Pero al que obra, no se le cuenta el salario como gracia, sino como deuda.” Romanos 4:4.
Con nuestro Padre Celestial que es Santo y Justo, la economía no funciona así. Nuestra relación con Él no es de empleador/empleado. Creámoslo ó no, estamos en bancarrota espiritual delante de su presencia. Nada podemos hacer para ganarnos su favor.
Ningún esfuerzo humano nos dará la salvación. No es por obras que nosotros hagamos, es por gracia. Así que siendo pecadores sin mérito alguno, que no merecemos en absoluto el favor del Padre, no podemos sino aceptar humildemente su infinita misericordia derramada sobre nosotros por nuestra fe puesta en Jesucristo, como nuestro Señor y nuestro Salvador.
¿Crees que Dios está en deuda contigo por tu arduo trabajo? ¿Crees que Él está obligado a darte vida eterna por tus buenas obras? Definitivamente NO. Dice la Escritura: “Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras para que nadie se gloríe.” Efesios 2:8-9.
ORACION
“Soberano Dios y Padre Celestial: ”Gracias porque todo lo recibimos de tu mano preciosa, sin mérito alguno que hayamos hecho, solo por tu infinita gracia y misericordia. Por tu gracia soy lo que soy y humildemente me acerco a ti alabándote y glorificándote, en el poderoso nombre de mi SEÑOR JESUCRISTO, el que murió y resucitó, el que vive y reina por los siglos de los siglos. ” Amén y Amén.
-FELIZ FIN DE SEMANA-
ARBEY SERNA ORTIZ