REFLEXIÓN UNA VENTANA AL CIELO VIERNES 3 DE NOVIEMBRE DE 2017.
“Elías era hombre sujeto a pasiones semejantes a las nuestras, y oró fervientemente para que no lloviese, y no llovió sobre la tierra por tres años y seis meses” Santiago 5:17.
Cuan privilegiados somos ante los ojos del Dios Altísimo. Él escucha el clamor de todos los que le buscan con sinceridad de corazón y los pone en lugares especiales. Él usa en gran manera a todo aquel que le teme y hace lo que es correcto. Algunos tienen temor de orar a Dios porque se consideran demasiado indignos, pero a través de la Biblia encontramos que la mayoría de hombres usados por Él, no eran perfectos, pero fueron utilizados de una manera especial.
El Profeta Elías era tan humano como cualquiera de nosotros; sin embargo, cuando oró con fervor para que no cayera lluvia sobre la tierra, Dios escuchó su oración y no llovió durante tres años y medio. Dios también usó para su gloria al Apóstol Pedro, a pesar de su fuerte carácter; a Tomas, que albergaba muchas dudas en su corazón; a María Magdalena, con un pasado oscuro; al apóstol Pablo, perseguidor de la Iglesia de Cristo; al Profeta Isaías que se consideraba indigno de ser usado por Dios.
No terminaríamos la lista de hombres y mujeres con luchas, con debilidades y situaciones difíciles como las nuestras. ¿Por qué piensas entonces que Dios no te escuchará? “El SEÑOR está cerca de todos los que le invocan, de todos los que le invocan en verdad. Cumplirá el deseo de los que le temen, también escuchará su clamor y los salvará…” Salmo 145:18,19. Dirígete hoy, confiadamente, al Padre Celestial y hallarás respuesta a tu oración. No deshecha Dios a todo aquel que con fe, se acerca a Él.
Sin importar tu pasado, tu temperamento, tus dificultades ó cualquier experiencia triste de tu vida, el oído del Padre está atento a tu clamor. En sus manos divinas, nuestra vida adquiere sentido y valor. En Él está el consuelo, la dirección y la paz que anhela nuestro corazón. Él conoce tus circunstancias y escucha tu clamor. Atrévete hoy a levantar tus manos al cielo y recibirás misericordia.
ORACIÓN
“Soberano Dios y Padre Celestial:” Gracias porque soy especial tesoro en tus manos y por tu infinito amor, fui comprado por la preciosa y divina sangre de tu amado hijo Jesucristo y todas mis culpas Él pagó a precio de sangre. Cercano estás, SEÑOR, a los quebrantados de corazón, y salvas a los abatidos de espíritu. Amas a todos los que te obedecen y también a los que tratan bien a los demás y se dedican a hacer lo bueno. Mis defectos no te son ajenos, pero transformas lo defectuoso para hacer algo útil de mí. Oyes la oración que brota de mi corazón y me libras de todas mis angustias y temores, Excelso y soberano eres tú Padre Celestial, en el poderoso nombre de mi SEÑOR JESUCRISTO.” Amén y Amén.
-FELIZ FIN DE SEMANA-
ARBEY SERNA ORTIZ