REFLEXIÓN UNA VENTANA AL CIELO VIERNES 17 DE NOVIEMBRE DE 2017.
“No juzguen a los demás, para que Dios no los juzgue a ustedes. Porque se les juzgará de la misma manera que ustedes juzguen a los demás. Con la misma medida que ustedes midan a los demás, Dios los medirá a ustedes.”Mateo 7:1-2.
Debemos recordar permanentemente lo que nos dice la Palabra de Dios, para que ella sea un freno a nuestra lengua. Sabemos que es pecado juzgar a otros apresurada e injustamente. Nos adelantamos para juzgar la conducta de otros y señalar su error. La verdad es que somos muy drásticos para juzgar a los demás, pero muy indulgentes cuando se trata de juzgarnos a nosotros mismos.
En tiempos de JESÚS, los Fariseos eran expertos en esto. Trataban de elevarse a sí mismos hablando mal y calumniando el carácter de los demás. En ellos, era una señal inequívoca de orgullo y autosatisfacción. Cuando así procedemos, es seguro que seremos juzgados de igual manera, por no decir que, el juicio en nuestra contra será peor. “Porque con el juicio con que juzgáis, seréis juzgados, y con la medida con que medís, os será medido” Mateo 7:2.
JESÚS nos anima a examinar nuestras vidas, a juzgarnos a nosotros mismos, antes de que levantemos nuestro dedo acusador contra alguien. En otras palabras, nos invita a que seamos lentos para juzgar apresuradamente a los demás. Por eso nos dice la Escritura: “Hipócrita, saca primero la viga de tu propio ojo, y entonces verás bien para sacar la paja que está en el ojo de tu hermano.” Lucas 6:42b.
¿Cuál es la medida que usas? Antes de que levantemos juicio contra alguien, sería bueno acercarnos primero a Dios y observarnos a nosotros mismos: “Examíname oh Dios y conoce mi corazón; pruébame y conoce mis pensamientos y ve si hay en mi camino de perversidad y guíame en el camino eterno.” Salmo 139:23-24.
ORACION
“Soberano Dios y Padre Celestial:” Ayúdame a considerarme a mí mismo, en todos los aspectos de mi vida, antes de atreverme a levantar juicio contra alguien. Dame sabiduría y entendimiento para detectar mis propios errores y con corazón sencillo y sincero, animar y consolar a otros que han fallado. Tú me perdonaste y me levantaste; permíteme, oh Dios, hacer lo mismo con aquellos que han caído. Líbrame de calumniar con mi lengua y hacer mal a mi prójimo, te lo pido en el poderoso nombre de mi SEÑOR JESUCRISTO.” Amén y Amén.
-FELIZ FIN DE SEMANA-
ARBEY SERNA ORTIZ