Amigos, hermanos, que la gracia de Dios Padre esté con cada uno de ustedes en este día. Que hermosas palabras las de Jesús. ¿Acaso podemos imaginar la rama de un árbol que quisiera separarse y buscar su camino? ¿No se secaría acaso en el mismo momento que se separe?
Pues mis amados, muchas veces somos así y pretendemos caminar por la vida lejos de la vid, que es Dios. Y nos quejamos por las cosas que nos pasan o por las pruebas que no soportamos y es que al alejarnos simplemente nos salimos de la sombra de Dios, y el, al respetarnos tan profunda y perfectamente no nos obliga a amarlo, sino que con mucho dolor nos ve sufrir.
Que hoy mis amados hermanos, aprendamos a estar unidos a la vid, por donde corre el agua viva que nos dará vida eterna. Sin importar tu problema o tu situación, vuelve, regresa, que hay un lugar reservado para tí en los brazos y el corazón de Jesús.
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