LUCAS CAP. 4
Lucas cap. 4: v 1 al v 4
Jesús, lleno del Espíritu Santo, volvió de las
orillas del Jordán y se dejó guiar por el Espíritu a través del desierto, donde
estuvo cuarenta días y fue tentado por el diablo. En todos esos días no comió
nada, y al fin tuvo hambre.
El diablo le dijo entonces: Si eres Hijo de Dios,
manda a esta piedra que se convierta en pan. Pero Jesús le contestó: Dice la Escritura: el hombre no
vive solamente de pan.
ENSAYO:
No deberemos de permitir que nadie se quiera aprovechar de nuestras
necesidades físicas y materiales para ser sometidos en la fe de acuerdo a
intereses y ambiciones materialistas, ya que si afianzamos nuestra fe de Dios
en Jesús a través del estudio, reflexión y meditación de su enseñanza contenida
en el Nuevo Testamento, recibiremos, además de ser colmada toda necesidad, el
alimento que nos dará vida nueva en el amor, la justicia y la misericordia de
Dios, lo que nos hará prosperar en todos los niveles de nuestra vida en lo
espiritual y en lo material.
Lucas cap. 4: v 5 al v 8
Después, el diablo lo llevó a un lugar más alto,
en un instante le mostró todas las naciones del mundo, y le dijo: Te daré poder
sobre estos pueblos y te entregaré sus riquezas, porque me han sido entregadas
y las doy a quien quiero. Todo será tuyo si te arrodillas delante de mí. Pero Jesús
le replicó: La Escritura
dice: Adorarás al Señor, tu Dios, y a él solo servirás.
ENSAYO:
Tampoco deberemos dejarnos convencer por nadie a obtener riqueza y
honor en este mundo por medio de servirnos del conocimiento y sabiduría humana
aplicada en forma tradicional, es decir, cayendo en las tentaciones de los
goces y placeres mundanos que el Tentador nos ofrece. Mejor, adoremos y
sirvamos al Señor Nuestro Dios siendo fieles a la enseñanza que su Palabra, a través
de los mandatos de Jesús que su enseñanza contiene, para aceptar y recibir la
voluntad de Dios para que en todo le demos la honra, gloria y alabanza y así
obtener la herencia que Dios reserva a sus hijos obedientes en este mundo y en
el mundo venidero.
Lucas cap. 4: v 9 al v 13
Entonces, lo llevó el diablo a Jerusalén, lo puso
sobre la parte más alta del Templo y le dijo: Si tú eres Hijo de Dios, tírate
de aquí para abajo, porque dice la
Escritura: Dios ordenará a sus ángeles que te protejan. Ellos
te llevarán en sus manos para que no tropiecen tus pies en alguna piedra. Pero Jesús
le replicó: Dice la Escritura:
No tentarás al Señor, tu Dios.
Habiendo agotado todas las formas de tentación, el
diablo se alejó de él, para volver en el momento oportuno.
ENSAYO:
Así mismo, no deberemos permitir que alguien nos quiera poner a prueba
en las cosas de Dios basados en el razonamiento tradicional humano ni tampoco
con el supuesto conocimiento espiritual, ya que sabemos que todas las cosas de
Dios tienen un tiempo, un orden y un propósito incomprensibles para el hombre
tradicional, pero para quién busca convertirse en un verdadero discípulo de Jesús, se
van haciendo muy claros a través de guardar y enseñar a cumplir con fidelidad
las cosas de Dios reveladas en la enseñanza que Jesús comparte a la humanidad.
Lucas cap. 4: v 14 al v 21
Jesús, volvió a Galilea con el poder del Espíritu,
y su fama corrió por toda la región. Enseñaba en las sinagogas de los judíos y
todos lo alababan.
Llegó a Nazaret, donde se había criado, y, segùn
acostumbraba, fue el sábado a la sinagoga. Cuando se levantó para hacer la
lectura, le pasaron el libro del profeta Isaías; desenrolló el libro y halló el
pasaje en que se lee:
El Espíritu del Señor está sobre mí. El me ha
ungido para traer la Buena
Nueva a los pobres, para anunciar a los cautivos su libertad
y a los ciegos que pronto van a ver, para despedir libres a los oprimidos y
para proclamar el año de la gracia del Señor.
Jesús, entonces, enrolla el libro, lo devuelve al
ayudante y se sienta. Y todos los presentes tenían los ojos fijos en él. Empezó
a decirles: Hoy se cumplen estas profecías que acaban de escuchar.
ENSAYO:
Es importante que tratemos de encontrar la esencia de esta profecía, ya
que en ella se anuncia una verdad en dos sentidos, primero, en el sentido
físico y material en el que muchos seres humanos recobrarán sus facultades físicas
que perdieron o que nacieron sin ellas como el no ver, el no oír, el no hablar
ó el no caminar, etc. Así mismo, serán sacadas de la pobreza en la que se
encuentran inmersos para ser saciados en todas y cada una de esas necesidades,
y además, serán sanados de sus dolencias y enfermedades que los harán ponerse
nuevamente de pie, y todo esto, en el tiempo, en el orden y en el propósito de
Dios.
Segundo y más importante, en el sentido espiritual, mismo que hará que
a través del estudio, reflexión y meditación de la Palabra de Dios confiada a
Jesús y que nos es compartida a través del Nuevo Testamento y que será recibida
sin mucha resistencia de parte de la gente con pocos conocimientos de sabiduría
humana ya que estos no tendrán muchos impedimentos para escuchar y creer en la Buena Nueva anunciada
por Jesús, y de la cual se hará merecedor todo aquel que sea fiel a sus
mandatos, puesto que esa fidelidad lo despojará de esas cadenas que lo mantiene
esclavizado a las tradiciones mundanas y religiosas que lo ha vuelto ciego,
sordo y mudo y que les ha impedido levantarse y caminar al lado del Señor para
refugiarse en el amor, la justicia y la misericordia de Dios.
Lucas cap. 4: v 22 al v 30
Todos lo aprobaban, muy admirados de esta proclamación
de la gracia de Dios. Sin embargo, se preguntaban extrañados: ¿No es éste el
hijo de José? Y él les contestó: Seguramente ustedes me van a recordar el
dicho: Médico, sánate a ti mismo. Haz aquí, en tu patria, lo que nos cuentan
que hiciste en Cafarnaún.
Jesús añadió: Ningún profeta es bien recibido en
su patria. Créanme que había más de una viuda en Israel en los tiempos de Elías,
cuando durante tres años y medio el cielo no dio lluvia, y un hambre grande asoló
a todo el país. Sin embargo, a ninguna de ellas fue enviado Elías, sino a una
viuda que vivía en Sarepta en tierras de Sidón. Había también más de un leproso
en Israel en tiempos del profeta Eliseo; con todo, ninguno de ellos fue sanado,
sino Naamán, el sirio.
Al oír estas palabras, todos en la sinagoga se
indignaron y lo arrastraron fuera de la ciudad, llevándolo hasta un barranco
del cerro en el que está construida la ciudad, para arrojarlo desde ahí. Pero él,
pasando en medio de ellos, siguió su camino.
ENSAYO:
Fijémonos bien en esta situación que se presentó en la gente cuando
Jesús anunció qué a partir de ese momento y a través de él, se cumplía la
profecía que anunciaba el año de la gracia del Señor. Y los invadió un gran
gusto y una gran admiración por Jesús ocasionado por la fama que le precedía,
pero cuando se dieron cuenta de que Jesús era el hijo de José el carpintero,
empezaron a dudar de la veracidad de ese cumplimiento porque seguramente se
preguntaron que ¿Cómo era posible que una persona de esa condición fuese el
elegido por Dios para proclamarlo y además para ejecutarlo? Por eso fue
necesario recordarles, que por esa actitud suya para con los profetas enviados
al pueblo de Dios, ocasionó que el Padre no escuchara sus clamores y volviera
su rostro para ayudar a quien, a pesar de no ser del pueblo de Israel, era más
piadoso que ellos, y por lo mismo, sanó a un leproso llamado Naamán el sirio
que a los leprosos de Israel, y cuando les recordó esa situación se sintieron
tan ofendidos que quisieron echarlo a un barranco, pero el Padre lo sacó en
medio de ellos. Así que cuando un discípulo fiel de Jesús y su enseñanza esté
predicando y se encuentre con personas que piensan que él no está autorizado
para hacerlo, lo sacarán de sus territorios, ya que lo que predica les hace ver
que las normas y métodos y actitudes que ellos han utilizado para anunciar la
enseñanza y mandatos de Jesús, lo han estado haciendo de acuerdo a enseñanzas y
mandatos de hombre según lo va dictando su libre albedrío, afianzado según sus
conocimientos y sabiduría en su nivel tradicionalmente religioso y
materialista, lo que les ha nublado su mente para no ver, o no querer hacerlo,
que estas normas, métodos o sistemas y actitudes, no son, de ninguna manera la
voluntad de Dios, pero como ellos lo han manejado de acuerdo a la voluntad
humana, hacen creer a muchos que esa es la voluntad de Dios, y a aquel
discípulo fiel de Jesús, lo sacan de ese territorio formado con el cerro del
conocimiento de sabiduría de hombre, lo que les ha impedido ver, que esa
barranca en donde quisieran echarlo, serán ellos los que finalmente caerán si
no cambian radicalmente su actitud materialista, colocando ese cerro de
tradiciones religiosas, como estrado de las cosas espirituales de Dios a través
de estudiar, reflexionar y meditar en la enseñanza y mandatos de Jesús, para
recibir y compartir la verdad anunciada.
Lucas cap. 4: v 31 al v 37
Jesús llegó a Cafarnaún, ciudad de Galilea, Ahí
estuvo enseñando los días sábados, y todos se admiraban de su modo de enseñar,
porque hablaba con autoridad.
En la sinagoga había un hombre endemoniado que se
puso a gritar: ¿Qué quieres, Jesús nazareno? ¿Has venido a derrocarnos? Yo se quién
eres: el Santo de Dios? Pero Jesús amenazó al demonio y le ordenó: Cállate y
sal de este hombre. El demonio salió del hombre, lanzándolo al suelo, pero sin
hacerle ningún daño.
Y todos comentaban, muy impresionados: ¡Qué modo
de hablar! ¿Con qué poder manda a los demonios y los hace salir?> Y su fama
se propagaba por todas partes en la región.
ENSAYO:
Debemos de ser capaces de reconocer quién habla con verdadera
autoridad, es decir: esa autoridad que se gana, o se recibe o se adquiere al
conocer a fondo la enseñanza que Jesús participa al hombre para resucitar al
ser espiritual que vive dentro de cada uno lo que lo hace merecedor de la
confianza del Señor y de los demás para cumplir con ese ministerio; porque la
otra autoridad, esa que se pide, o se impone o se otorga por el hombre,
aderezada muchas veces con amenazas de castigo divino o actitudes inadecuadas,
hacen, que más que ayuden a los demás a dar lo mejor se sí mismos para su
crecimiento espiritual, los va limitando a obedecer cualquier enseñanza sin el
menor derecho a cuestionarla, y eso nos da a entender, que quienes la ejercen,
tienen los conocimientos y elementos necesarios para hacerlo, sin embargo,
quien la ejerce de esta manera no lo hace según la voluntad de Dios sino en la
voluntad de hombre, misma que ha servido para manipular a los demás para
intereses muy particulares promocionándolos indebidamente, en el Nombre de
Jesús.
Lucas cap. 4: v 38 al v 44
Jesús salió de la sinagoga y entró en la casa de Simón.
La suegra de Simón tenía mucha fiebre, y le rogaron por ella, Jesús se inclinó
hacia ella y con tono dominante mandó a la fiebre, y esta desapareció. Al
instante se levantó, y se puso a atenderlos.
Al ponerse el sol, todos los que tenían enfermos
de diversos males se los traían; él le imponía las manos a cada uno y los
sanaba. También hizo salir demonios de varias personas. Estos gritaban: Tú eres
el Hijo de Dios. Pero él, en tono amenazador, les impedía hablar, porque sabían
que él era el Cristo.
Cuando amaneció, salió Jesús y se fue a un lugar
solitario. La gente se puso a buscarlo y llegaron hasta el lugar donde estaba.
Le insistían para que no se fuera de su pueblo. Pero él les dijo: Debo anunciar
también a las otras ciudades la
Buena Nueva del Reino de Dios, porque para eso fui enviado.
E iba predicando en las sinagogas de Judea.
ENSAYO:
Esa autoridad que el Padre de los Cielos depositó en Jesús, es para
curar dolencias y sanar enfermedades y echar fuera demonios de las personas
poseídas por ellos, para que en su tiempo todas ellas sean levantadas y puedan
ponerle la debida atención a su Palabra confiada a Jesús para saber guardarla y
enseñarla a cumplir como la voluntad de Dios.
Cuando cada uno de nosotros reconozcamos plenamente la autoridad que
Dios depositó en Jesús y estemos en el punto preciso de poner su enseñanza y
mandatos por encima de las enseñanzas y mandatos de hombre en las cosas de
Dios, y él nos hará partícipes de ese poder con que el Espíritu Santo lo
cubrió, para que a través de esa santa cobertura, pueda fluir este poder
libremente por nuestras manos al invocar el Nombre de Jesús, y cuando esto
suceda, seamos enviados a donde impera el autoritarismo religioso, esos lugares
en donde encuentran un inadecuado refugio una muchedumbre que es enseñada por
quienes se dicen cristianos, pero que realmente no son fieles a Jesús y a su
enseñanza porque la predican a su muy particular forma de ver y de pensar en
las cosas de Dios.
Advertencia:
Estos discernimientos no pretenden tener la
verdad absoluta, sino que son consideraciones personales del autor y deben
tomarse como material de estudio y en su caso discutir con propiedad en cada
uno de ellos.
Ensayos
José Luis Hernández C.