Página principal  |  Contacto  

Correo electrónico:

Contraseña:

Registrarse ahora!

¿Has olvidado tu contraseña?

Fraternalmente unidos
 
Novedades
  Únete ahora
  Panel de mensajes 
  Galería de imágenes 
 Archivos y documentos 
 Encuestas y Test 
  Lista de Participantes
 General 
 Normas de convivencia en el grupo-- 
 Lee la Biblia aquí! 
 Biblia en Power Point 
 Conoce tu Biblia 
 La Biblia en ocho versiones 
 Recursos Teológicos 
 Estudios biblicos 
 Reflexiones- Hernán 
 Selección de pasajes Bíblicos- por Hernán 
 Biografías de hombres de la Reforma protestante- Por Hernán 
 Arqueología Bíblica (por Ethel) 
 Reflexiones 
 Jaime Batista -Reflexiones 
 Tiempo devocional-Hector Spaccarotella 
 Mensajes de ánimo--Por Migdalia 
 Devocionales 
 Escritos de Patry 
 Escritos de Araceli 
 Mujer y familia- 
 Poemas y poesias 
 Música cristiana para disfrutar 
 Creaciones de Sra Sara 
 Fondos Araceli 
 Firmas hechas-Busca la tuya 
 Pide Firmas 
 Regala Gifs 
 Libros cristianos (por Ethel) 
 Panel de PPT 
 Amigos unidos-Macbelu 
 Entregas de Caroly 
 Regala Fondos 
 Texturas p/ Fondos 
 Separadores y barritas 
 Retira tu firma 
 Tutos 
 Tareas HTML 
 COMUNIDADES AMIGAS 
 
 
  Herramientas
 
General: Desacuerdos Ministeriales
Elegir otro panel de mensajes
Tema anterior  Tema siguiente
Respuesta  Mensaje 1 de 1 en el tema 
De: hectorspaccarotella  (Mensaje original) Enviado: 05/06/2018 14:30

Hubo tal desacuerdo entre ambos, que se separaron el uno del otro; Bernabé, tomando a Marcos, navegó a Chipre, y Pablo, escogiendo a Silas, salió encomendado por los hermanos a la gracia del Señor. Hechos 15.39–40


¿Cómo podemos explicar esto? Si somos sinceros, la aparente violencia de este incidente nos golpea duro. No podemos reconciliarlo con la imagen que tenemos de estos dos siervos de Dios. Permítame compartir con usted algunos pensamientos al respecto.

En primer lugar, los que estamos trabajando en equipo con otros, debemos tener presente que donde hay un grupo de personas trabajando en un mismo proyecto, van a surgir diferencias. A veces los integrantes del equipo se desaniman por esto. Un buen equipo, sin embargo, no es aquel en el cual todos ven las cosas de la misma manera. Cuando es así, lo más probable es que el líder se ha rodeado de gente que simplemente aprueba sus propios proyectos. Las diferencias de opinión son una de las preciosas manifestaciones de la diversidad que Dios ha puesto en el cuerpo (1 Co 12). El ministerio se enriquece cuando contempla la perspectiva y la contribución de personas que son enteramente diferentes entre ellas.

En segundo lugar, las diferencias se tienen que manejar espiritualmente. Lo que produce daño al cuerpo es que creamos que nuestras diferencias nos dan licencia para atacar al otro y perpetrar contra su persona toda clase de mal. Por más acertada que sea la perspectiva propia, Dios jamás nos da licencia para denigrar y humillar a nuestro prójimo, sea o no de la familia. «Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería, maledicencia y toda malicia. Antes sed bondadosos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo» (Ef 4.31–32).

En tercer lugar, a veces la única alternativa es la separación. No cabe duda de que es una decisión radical para un problema serio. Deben agotarse todos los caminos y todos los medios para llegar a un acuerdo. No debemos cesar en nuestro intento de conciliar posiciones, vistiéndonos de la bondad de Cristo; él nos manda a que, «con actitud humilde cada uno de vosotros considere al otro como más importante que a sí mismo, no buscando cada uno sus propios intereses, sino más bien los intereses de los demás» (Flp 2.3–4 - LBLA). Habiendo intentado todo esto, sin embargo, a veces la separación es el mejor camino a seguir. Pablo y Bernabé, dos gigantes espirituales, optaron por esta solución. Ambos continuaron con ministerios sumamente eficaces. ¿Siendo nosotros mucho menos que ellos, será realista en nosotros creer que el acuerdo siempre será posible?



Para pensar:

Note que el pasaje no dice que se dividieron; dice que se separaron. La división produce dos partes debilitadas. La separación produce dos partes capacitadas para seguir adelante. La diferencia la hace la actitud. Cuando los que se separan lo hacen con corazones llenos de amargura, rencor y bronca, puede estar seguro que fue una decisión enteramente carnal. En mi experiencia, el 95% de las separaciones no han sido tal cosa. Han sido divisiones.



Shaw, C. (2005). Alza tus ojos. San José, Costa Rica, Centroamérica: Desarrollo Cristiano Internacional.



Primer  Anterior  Sin respuesta  Siguiente   Último  

 
©2024 - Gabitos - Todos los derechos reservados