REFLEXIÓN UNA VENTANA AL CIELO VIERNES 21 DE SEPTIEMBRE 2018.
“Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne. Ezequiel 36:26.
Hoy se ha vuelto normal que las personas en vida, dejen estipulado que cuando fallezcan, sus órganos vitales sean extraídos de su cuerpo e implantados en otras personas que requieren de ellos para seguir viviendo.
¿Cuántas de estas personas que han sido beneficiadas con implantes se han detenido a pensar, por un momento, acerca de su benefactor?Por lo regular, los donantes, son desconocidos, pero su espíritu altruista ha permitido prolongar la vida de otros.
¿Será alto ó bajo el donante? ¿De tez blanca ó morena? ¿De qué nacionalidad? En la mayoría de los casos, estas preguntas quedarán sin respuesta. Lo cierto es que estos actos de amor salvan muchas vidas.
Nuestro SEÑOR JESUCRISTO, El Hijo de Dios, Judío de nacimiento, murió en una cruz. “Más él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados.”·Isaías 53:5.
Su cuerpo fue molido por nosotros y la sangre que bombeaba su corazón fue derramada, íntegramente, para redimir a toda la humanidad, sin interesarle el color, la raza, la nacionalidad ó su religión. “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, más tenga vida eterna.” Juan 3:16.
¿Te has detenido a pensar un instante en lo que hizo el SEÑOR JESÚS por ti? Has un alto en tu camino y reflexiona en ese amor infinito que nos lavó con su sangre y nos dio vida eterna. Él no es un donante desconocido, lo podemos conocer a través de la Biblia, que es la Palabra de Dios y su Palabra es verdad y es vida. Puedes, por tanto, agradecerle cada día, cada instante, toda tu vida, por tan incomprensible expresión de AMOR. Solo un ingrato corazón, puede negarse a rendirle alabanza y adoración a ese divino benefactor que, sin merecerlo nosotros, nos amó y nos salvó.
ORACION
“Soberano Dios y Padre Celestial:”Gracias por tu amor y por tu misericordia. Gracias porque Cristo, más que su propia vida, amó la nuestra. Gracias SEÑOR JESÚS, porque con tu muerte y resurrección tenemos vida eterna, paz, sanidad, redención, perdón de nuestros pecados. Gracias porque nos has dado un nuevo corazón y un nuevo espíritu dentro de nosotros. Te doy gloria a ti Padre, a ti Dios Hijo y a ti precioso Espíritu Santo.” Amén y Amén.
-FELIZ FIN DE SEMANA-
ARBEY SERNA ORTIZ