"¿Quién lo viste?" ¿Esto suena como una pregunta extraña? Y eso es, a menos que usted sea una celebridad que va a estar en una "alfombra roja" antes de un gran evento, como los premios de la Academia en las películas o los premios Grammy en la música. Entonces entendemos la pregunta en el sentido de: "¿Quién diseñó el vestido (o el conjunto) que lleva?" En respuesta, recibimos una lista de maravillosos diseñadores de modas que tienen éxito al hacer que la gente se vea bien cubriendo sus faltas y defectos con hermosos trajes.

Este no es un fenómeno reciente. En la época del Renacimiento, por ejemplo, se organizaron lujosos los bailes de disfraces con los dignatarios que acudían con elaboradas máscaras y trajes y vestidos aún más elaborados. La mayoría de las personas comparten un deseo común de cubrirse con disfraces para ocultar su verdadera identidad. Incluso los superhéroes de ficción de los cómics, como Superman, Ironman, Spiderman y Batman, se disfrazan.

El ponerse un disfraz parece algo profundamente arraigado en nuestra psique colectiva. A los niños les resulta liberador el jugar a "vestirse como…". Nos resulta agradable cuando la gente que conocemos no sabe lo que somos debido a nuestro atuendo. Recuerdo cuando trabajaba para una empresa hace años en que parte de mi trabajo era vestir con un disfraz de vaca y asistir a eventos públicos. Como nadie sabía quién era yo, me sentía capaz de actuar como un tonto y sentirme totalmente libre.

En el lugar de trabajo, los "disfraces" pueden apoyar nuestra necesidad de tener éxito. Hace años el libro "Vestido para el Éxito" años se convirtió en un éxito de ventas, de asesoría de negocios y para los profesionales al decir cómo seleccionar y que ropa usar que mejore la forma en que sus colegas y clientes respondan ante ellos. Las normas de vestimenta adecuada han cambiado mucho, pero todavía tenemos la tendencia a evaluar a las personas de acuerdo a como se ven en el exterior.

Incluso la Biblia lo afirma. En 1 Samuel 16:7 que dice: "... El Señor no mira las cosas que el hombre mira. La gente se fija en las apariencias, pero el Señor mira el corazón".

Ese simple pasaje deja dos puntos importantes. Uno de ellas es que podemos ser engañados por la apariencia exterior, incapaces de ver sus motivos internos o escuchar sus pensamientos secretos. Como el refrán nos dice: "Las apariencias engañan." El otro punto es que a pesar de que podamos ser capaces de disfrazarnos y aparentar ser otras personas, Dios puede ver a través de los "trajes" y entender lo que realmente somos. Es por eso que Proverbios 16:02 declara: "A cada uno le parece correcto su proceder, pero el Señor juzga los motivos."

Pero hay otro aspecto de la cuestión: "¿Quién es el diseñador?" La mayoría de nosotros no lo consideramos. Según las Escrituras, después de la muerte nos enfrentaremos a un día de juicio en el que vamos a escuchar una pregunta similar a "¿Qué llevas puesto?" Si respondemos que estamos usando "buenas obras" o "esfuerzos de buena voluntad", la Biblia dice que no va a ser suficiente. Sólo se aceptará un "disfraz" en ese día. Me explico.

Un pasaje, Gálatas 3:26-28, dice: "Todos ustedes son hijos de Dios mediante la fe en Cristo Jesús, porque todos los que han sido bautizados en Cristo se han revestido de Cristo. Ya no hay judío ni griego,  esclavo ni libre,  hombre ni mujer,  sino que todos ustedes son uno solo en Cristo Jesús."

Otro versículo nos dice, "quitarse el ropaje de la vieja naturaleza... y ponerse el ropaje de la nueva naturaleza,  creada a imagen de Dios,  en verdadera justicia y santidad" (Efesios 4:22-24). Hay muchos pasajes similares, pero cada uno reafirma cuando estemos delante de Dios para nuestro personal juicio, sólo la cubierta de Jesucristo - las "túnicas" que Él ha hecho para nosotros - recibirán la aprobación divina. En ese día tan especial, ¿Qué va a usar?

Por Len M. Allen