Sí, ya sé, cuesta arrancar la semana. Pero ¡cuán útiles pueden ser las palabras que aparecen en el quinto pergamino de “El vendedor más grande del mundo” (Og Mandino) al comenzar esta semana!:
“Viviré este día como si fuese el último día de mi vida…
Trataré con ternura y afecto cada hora, porque no retornará jamás. No puede conservarse hoy para ser usado mañana, ¿quién puede atrapar el viento?...
Eludiré con ahínco a todo aquello que mata el tiempo… De aquí en adelante sabré que cotejar la ociosidad equivale a robar alimentos, ropas y calor de aquellos a quienes amamos. No soy ladrón. Soy un hombre que siente cariño en su corazón y hoy es mi última oportunidad de demostrar mi cariño…
Y si es mi último día, será mi monumento más grande. Este día haré el mejor de mi vida. Este día aprovecharé los minutos hasta su máximo. Lo saborearé y daré gracias. Aprovecharé todas las horas y a los minutos canjearé solamente por algo de valor…
Viviré este día como si fuese el último día de mi existencia.
Y si no lo es, caeré de rodillas y daré gracias”.
Al releer a Mandino, no pude olvidar el famoso discurso de Steve Jobs, especialmente cuando hace referencia a cómo encarar cada día:
“Cuando tenía 17 años, leí una cita que decía algo parecido a “Si vives cada día como si fuera el último, es muy probable que algún día hagas lo correcto”. A mí me impresionó y desde entonces, durante los últimos 33 años, me miro al espejo todas las mañanas y me pregunto: “Si hoy fuera en último día de mi vida, ¿querría hacer lo que estoy a punto de hacer hoy?” Y cada vez que la respuesta ha sido “No” por varios días seguidos, sé que necesito cambiar algo. Recordar que moriré pronto constituye la herramienta más importante que he encontrado para ayudarme a decidir las grandes elecciones de mi vida. Porque casi todo (todas las expectativas externas, todo el orgullo, todo el temor a la vergüenza o al fracaso) todo eso desaparece a las puertas de la muerte, quedando solamente a quello que es realmente importante. Recordar que van a morir es la mejor manera que conozco para evitar la trampa de pensar que tienen algo que perder. Ya están desnudos. No hay ninguna razón para no seguir a su corazón”.
Espero que esta reflexión te desafíe a vivir este día con intensidad. No menosprecies las horas de este día. Dios te ha dado vida para que la administres bien. Si este día no tendría sentido, Dios no lo hubiera creado. Este día puede estar llenos de oportunidades para avanzar y de motivos para celebrar.
GUSTAVO BEDROSSIAN