¿Cuáles son algunas de las formas en que sabes que el favor de Dios está en ti? Despertaste esta mañana; pudiste respirar profunda y limpiamente; hay personas en tu vida que te aman, y has conocido a un Salvador llamado Jesucristo. ¿Sientes a Jesús caminando contigo hoy? ¿Está él hablando contigo, cuidándote, proveyéndote, dándote fuerzas, sonriéndote? Todas estas cosas son sólo una parte de la plenitud de su favor. Sí, definitivamente, ¡el favor de Dios está en tu vida!
Hay dos escuelas de pensamiento con respecto al favor de Dios: un lado dice que los cristianos deben tener lo mejor de todo en todo momento (el Rolls Royce, la mansión, el gozo constante) y el otro lado espera una lucha constante, sufrimiento, dolor y dificultades. Ningún extremo debe convertirse en nuestra mentalidad o nuestra experiencia.
Dios es un Padre bueno y amoroso y él da buenas dádivas a sus hijos; en otras palabras, le encanta bendecirnos. Cualquier padre o abuelo natural desea que sus hijos puedan tener un buen hogar, amplia provisión, buenas escuelas y buena salud. Pero si se encuentran con luchas de algún tipo, él quiere que tengan la fuerza y fortaleza para resistir la adversidad. Él no interviene y los sobreprotege, peleando sus batallas por ellos.
Del mismo modo, Dios no derrama “cosas” sobre sus hijos todo el tiempo sólo porque pedimos; y, de hecho, a veces incluso él nos tiene que disciplinar. Pero podemos estar seguros de que su corazón de padre comprende todo lo que estamos pasando y él expresa su favor derramando su gracia a medida que crecemos en él.
¡Dios está contigo y no en contra de ti! “¿Qué, pues, diremos a esto? Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros?” (Romanos 8:31).
El favor supremo y extravagante de Dios es su presencia en tu vida, obrando para ti, apoyándote, amándote en todo momento.
GARY WILKERSON