Cada vez que oramos, es vital distinguir entre cuatro indicaciones diferentes del Señor. Al hacerlo, podremos tener el tiempo de victoria que necesitamos para poder hacer su voluntad. Para cualquier oración o situación en nuestra vida, necesitamos discernir de cuál de estas cuatro cosas está hablando el Señor:
- Nunca
- Siempre
- A veces
- Ahora no
La meta del crecimiento espiritual es simplemente ser como Jesús. La Biblia declara que, desde antes de la creación del mundo, Dios pretendió que nosotros fuésemos “hechos conformes a la imagen de su Hijo” (Romanos 8:29). Esta es la vara espiritual con la que podemos medir nuestro progreso: ¿Estamos pareciéndonos más a Jesús? Al usar esa medida, comenzamos a darnos cuenta de que la persona que más se asemeja a Jesús ni es la que ha memorizado más versículos o la que tiene el liderazgo más notorio.
Cualquiera que estudie la vida de Jesús no podrá evitar ser impresionado por su paz ecuánime y su equilibrio espiritual. Sin importar la situación, el Señor sabia qué decir y cuándo decirlo. Él sabía cuando estar callado y siempre hacia lo correcto. Él también sabía cuándo alejarse de las multitudes por un tiempo para descansar u orar. La percepción que tenia Jesús de lo se requería en cada situación era impecable.
Este entendimiento afilado de los imperativos divinos y coordinación precisa de los tiempos está en el corazón de lo que significa ser maduros en Cristo. Algunas cosas no se deben hacer nunca, mientras que otras deben ser respetadas siempre. En ciertas ocasiones, un acción particular es el único camino a tomar; en otras ocasiones, incluso las cosas buenas son inapropiadas porque el Señor está diciendo: “Ahora no”. Entender los imperativos de Dios y sus tiempos – sus nunca, siempre, a veces y ahora no – nos puede ayudar a evitar caídas dolorosas y nos puede guiar a su voluntad perfecta.
Dios siempre toma en serio el asunto de darnos sus indicaciones. Búscalo para obtener dirección, mientras caminas en obediencia a su Palabra y él te dará la capacidad de mantener un caminar estable con él.
Jim Cymbala