REFLEXIÓN UNA VENTANA AL CIELO VIERNES 20 DE SEPTIEMBRE DE 2019.
”No se preocupen por nada. Más bien, oren y pídanle a Dios todo lo que necesiten, y sean agradecidos. Así Dios les dará su paz, esa paz que la gente de este mundo no alcanza a comprender, pero que protege el corazón y el entendimiento de los que ya son de Cristo.” Filipenses 4:6-7.
No podemos prescindir de encontrar siempre problemas en nuestra vida. De una u otra índole, los tendremos, pero podemos estar seguros de que en las manos de Dios los superaremos. “No se preocupen por nada. Más bien, oren y pídanle a Dios todo lo que necesiten, y sean agradecidos.” Frente al problema, la solución realmente se encuentra en Dios, quien es Soberano y capaz de hacer lo inimaginable ¿Quién está gobernando tu mente y tu corazón? ¿Qué circunstancia está hoy robando tu tranquilidad? ¿Será mayor esa dificultad que te atormenta que el poder de Dios?
No es malo, esporádicamente, afanarse por algo. De hecho, a todos nos sucede. Malo si es permitir que las ansiedades, las pesadillas y las aversiones dominen nuestra voluntad, pues roban nuestra tranquilidad. Dios anhela que nos volvamos a Él de todo corazón, para brindarnos esa paz que solo Él puede dar, no a través de un papel, sino que es incrustada por Él en nuestra mente y en nuestro corazón, sin que aún nosotros lo alcancemos a entender.
Dios nos hizo para la sobriedad, la mesura, el equilibrio y la armonía y no para las obsesiones, las pasiones, los arrebatos y los delirios ó fanatismos. ¿Cómo despojarnos de tantas manías y obsesiones? Solo un remedio hay: Entregar el control de nuestro corazón y de nuestros pensamientos al Hijo de Dios. Solo JESUCRISTO puede darnos esa estabilidad, ese equilibrio y esa moderación ideal. Cuando le permitimos entrar en nuestro corazón, Él transforma nuestro modo de pensar y encamina a buenos prados nuestros pies. Sometámonos a su divina voluntad, Él quiere ser nuestro mejor amigo.
Nos preocupamos más de la cuenta y se nos olvida que el que nos cuida es el Altísimo y que, si Él nos cuida, no hay nada que temer. “No se preocupen por nada. Más bien, oren y pídanle a Dios todo lo que necesiten, y sean agradecidos.” Filipenses 4:6.
ORACIÓN: “Soberano Dios y Padre Celestial: Cuando en ti confío, nada tengo que temer, porque eres la garantía de que, al final, todo saldrá bien. Tú guardas en completa paz a todo aquel cuyo pensamiento en ti persevera. Tomas mis circunstancias por difíciles que sean y con tus manos divinas haces cosas maravillosas. Eres fiel todo el tiempo; tu Soberanía, tu poder y tu gloria, son por siempre y para siempre. Me proteges, me pones a salvo de todos los peligros que enfrento, me cuidas ahora y por siempre por dondequiera que vaya, tú peleas todas mis batallas, en el nombre glorioso de mi SEÑOR JESUCRISTO.” Amén y Amén.
-FELIZ FIN DE SEMANA-
ARBEY SERNA ORTIZ