Un Proceso doloroso pero con un Final Hermoso
“Pueblo de Israel, ¿acaso no puedo hacer con ustedes lo mismo que hace este alfarero con el barro? —afirma el Señor—. Ustedes, pueblo de Israel, son en mis manos como el barro en las manos del alfarero”
Jeremías 18:6 (Nueva Versión Internacional)
Cuando era un niño recuerdo que cerca de la casa de mis padres a unas pocas cuadras había un lugar en donde hacían toda clase de objetos de barro. Mi curiosidad me llevaba a ese lugar y podía estar mucho tiempo observando cómo tomaban un poco de barro y comenzaban a darle forma.
Como todo niño curioso y con muchas ganas de experimentar lo que se sentía recuerdo que llegaba a mi casa, mojaba un poco de tierra y quería imitar lo que aquel señor creaba con el barro. Está claro que mi obra terminada no era la más hermosa, pero por otra parte aquel señor alfarero tenía una mano increíble, puesto que hacía que un poco de barro desenterrado se convirtiera en una de las piezas más hermosas que adornan la sala de una casa.
Al recordar esos episodios de mi vida, venía a mí el pasaje bíblico del alfarero y como Dios nos recuerda que somos como barro en sus manos lo cual significa que estamos en un proceso de fabricación y cuyo producto terminado será algo hermoso.
Y es que todos debemos tener en mente que somos como el barro y que Dios moldeara nuestra vida cada día y pueda que en ese proceso habrán momentos de dolor, momentos en donde aquellas áreas que necesitan mucho ser moldeadas tardaran un poco de tiempo, pero a pesar de eso nuestro Alfarero tiene las manos más delicadas y especiales para eso, por lo que El sabe lo que está haciendo.
Por otra parte pueda que el tiempo ha pasado y tu no vez que hayan cambios en tu vida, ¡No te desanimes!, el Alfarero aun no ha terminado contigo, estas en un proceso, El ha prometido terminar lo que comenzó y cuando una pieza de barro es terminada, el producto final es increíble, pues es difícil imaginarse que un poco de barro desenterrado podía llegar a convertirse en una pieza fina y hermosa.
Tu eres esa pieza fina y hermosa, todos lo podemos ser, pero necesitamos comprender que tenemos que soportar el proceso, el barro no se convierte en esa pieza hermosa, sin que antes sea desenterrado, luego moldeado por el Alfarero, pero luego de eso también tiene que pasar por el fuego para que ese barro agarre fijeza y luego viene la parte de pulido, pintura y decoración.
¿En qué proceso nos encontramos?, pueda que algunos estamos siendo desenterrados de nuestra antigua vida, pueda que otros estemos en el proceso de ser moldeados, otros quizá estamos pasando por el fuego, quizá muchos más están en la etapa de pulido, pintura o decoración, pero lo lindo de todo esto es que en TODO el proceso Dios es quien nos tiene en sus manos y no nos dejara caer, al contrario tendrá el mayor cuidado para que al final podamos ser una de las mejores piezas que adornen su casa.
Hoy Dios quiere recordarte que te tiene en sus manos y que a pesar que muchas veces el proceso de transformación en nuestra vida sea doloroso, el producto final de todo ese proceso será algo hermoso, algo fino, algo espectacular, al mejor estilo del Señor.
Por lo tanto, no te desanimes en este proceso, al contrario, cuando este proceso te quiera desanimar o te duela demasiado, recuerda que lo más importante es que al final la obra terminada será algo más que HERMOSO.
Vale la pena soportar todo por amor al Señor, vale la pena sumergirnos en este proceso de transformación en nuestra vida, porque al final Dios habrá hecho en nosotros algo que jamás nuestros ojos pensaron observar, pero que Dios como Gran Alfarero sabia que nuestra vida era un poco de barro moldeable y que de allí se podía sacar una de las piezas más hermosas jamás antes vista.
¿Estás en el proceso en manos del Alfarero?, entonces no tienes por qué temer ni dudar, tú serás una obra terminada preciosa, hermosa, porque Dios hará de ti algo que jamás pensaste o imaginaste que se podría hacer.
¡Dios está utilizando sus manos para hacer en ti una obra Preciosa!
“estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo”.
Filipenses 1:6
Enrique Monterroza